domingo, 20 de noviembre de 2011

Estamos educando Feminicidas

Hombre mata a su mujer y luego intenta suicidarse, tristemente es un titular con el que nos encontramos con frecuencia, lo que nos lleva de rigor a reflexionar sobre como desde el hogar, todos de alguna manera somos co-participes de la crianza y “deformación” conductual de ese individuo que por quitarle la vida a una mujer intencionalmente en condiciones violentas pasa a ser un feminicida.


Los genes, la sociedad y la crianza, de este niño propician que cree apegos inadecuados a objetos o personas, lo que a futuro repercutirá en actitudes egoístas en su vida adulta.  Las carencias espirituales y afectivas arrojan a nuestra sociedad un tipo de hombre que asume a esa mujer como su posesión entendiendo que su felicidad esta únicamente a su lado.

La pertenencia es algo importante en el ser humano hace que se valore así mismo y a las cosas que tiene, sin embargo la delicada línea entre una pertenencia positiva y una egoísta, es el sentimiento de posesión que se instala en los hombres cuando igualándose a Dios deciden acabar con la vida de su pareja como es el caso de las mas de 174 mujeres que han muerto solo este 2011, a manos de sus maridos, según Estadísticas de la procuraduría fiscal del Distrito Nacional.

Criar a los hijos con la creencia de que merecen todo solo porque si, sin tomar en consideración sus calificaciones y comportamiento, es una bomba de tiempo que explotará en su relación de pareja, con un hombre que pese a que no construirá una relación armoniosa con su mujer, creerá que merece el amor de ésta sin importar que trato  él le brinde.  Educar a los niños en base a la meritogracia hará una gran diferencia en el desarrollo efectivo de su vida adulta, pues un niño que gana regalos o privilegios en base a su conducta positiva, será un adulto que sabrá cuidar a su pareja.

Las cifras, los huérfanos y el dolor de quienes de alguna manera están involucrados en estos detestables actos de feminicidios están ahí. Como familias formadoras de futuros adultos que conformaran relaciones sentimentales, se hace obligatorio, motivar en la educación de los niños y niñas la importancia de la comunicación y el respeto por los sentimientos de los demás. Se ha comprobado que hogares violentos aportan a la sociedad personas con intolerancia a la frustración.

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