jueves, 2 de febrero de 2017

FAMILIAS COMPUESTAS POR LOS TUYOS, LOS MÍOS Y LOS NUESTROS

Por:  Cándida Álvarez 
       Juana Mdes. Báez

En nuestra sociedad nos encontramos con familias donde papá y mamá han tenido matrimonios anteriores, en las que dos hijos son de la madre, dos o tres son del padre y en par de años han procreado dos de ambos; en esos casos son padrastro y madrastra y a la vez padres biológicos.  Estos niños también tienen sus padrastros que viven con otra pareja, más sus padres biológicos.

En estas familias el ambiente familiar puede tornarse un poco difícil en cuanto a los límites, el poder ser aceptivo y funcional con la pareja y los hijos.

En este modelo familiar se pueden escuchar expresiones como:  “¡Fulana, ven y atiende a tu hijo, corrígelo no tienen disciplina!”.  También el niño puede responder:  “¡No me pegues que tú no eres mi papa!”.  La madre en ocasiones expresa:  “¡Pero el tuyo no es fácil, es un vago y todo lo desperdicia como si fuéramos ricos!”, “¡Esa madre de él  parece que no le dio educación!”.  El padre a su vez expresa:  “¡Oh cariño, de educación no puedes hablar que los tuyos al parecer vinieron de la jungla!”.

En cambio, ambos padres acostumbran a pegarles e imponérseles a los hijos biológicos, diciendo:  “¡Ustedes tienen que ser diferentes!”.  Los padres que están fuera también suelen hacer comentarios como:  “La bruja aquella, la esposa de tu papá, ¿les pega?, díganme, ¿qué cosas les hace?”; el otro  puede decir:  “no voy a pagar tanto dinero de pensión para ayudar a mantener los hijos de aquel”.

Se puede apreciar que estos niños tienen diferentes modelos, estilos de disciplina para cada quien y todo esto los confunde cada vez; y crea conflictos entre los padres, ya que no se ponen de acuerdo respondiendo de manera colectiva y estableciendo los límites para todos.

Para lograr una dinámica familiar positiva es imprescindible una comunicación afectiva, clara y transparente, ponerse de acuerdo en la forma de crianza y el modelo de disciplina.  Además es conveniente practicar la justicia, actuar con amor, fomentar la solidaridad sin tratar de ganarse a nadie, porque no se trata de una competencia.  Si se practican estas cosas  los padres lograrán decir:  “los nuestros”.  


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