domingo, 2 de febrero de 2014

Dedé, exquisita combinación de humildad, empoderamiento y compromiso

Volar junto a sus eternas mariposas era un anhelo de vida de Doña Dedé Mirabal, quien por azares del destino fue la sobreviviente de esta historia que cambió el rumbo de la vida de muchos.

 Siempre conversadora, amigable y con deseos de transportarnos a esos episodios que narraba con tanta vehemencia Dedé, dedicaba su día a recibir en la casa museo familiar a todos los que con deseos de escuchar esta leyenda de alguien que con el tono de su voz aguda en combinación con los matices que le daba a su narración, llevaba a uno a sentir que lo descrito estaba pasando en tiempo real.



Preservo con honor el nombre de sus hermanas, se mostró siempre alegre por el cariño y respeto que esta media isla le propicio a su familia, conversando con ella hablaba de Patria con orgullo sus ojos se le llenaban al describir que cualidades la adornaban, de María Teresa con nostalgia por la relación que llevaban y de Minerva, hay de Minerva hablaba con tanta fuerza que se estremecía, decía que era tan decidida que hasta a sus padres le sorprendía con esa voluntad tan férrea que hizo que todos le respetaran y amaran siempre.



Qué bueno que tantos niños y chicos visitaron la casa museo y pudieron convivir con esta dama representante de nuestra historia reciente, siempre en su jardín la recordaremos, sonreída, sobria y cumpliendo con su rol, el rol que la vida le encomendó, el de narrarnos la vida de nuestras heroínas, que al final era la suya propia.



En Dedé se daba una exquisita combinación de una persona humilde, empoderada y comprometida, era accesible para quien deseara conocerla, para una foto o conversadita, de igual manera conocía la historia al dedillo y sin embargo asumía que narrarla a su estilo y sin obviar detalles, esa su compromiso en la tierra.



Ahora en el Eco Parque de La Paz que tanto cuido, volaran cuatro mariposas y estamos seguros de que las primeras tres estarán felices de recibir esta hermana mariposa que en la tierra suplió el rol de madre, amiga, narradora de su familia y del país.

sábado, 25 de enero de 2014

Mi estrella


En una ocasión un científico se fue a su casa de la playa para darle el último toque a su valiosa obra “Mi gran aporte al quehacer científico”. Una tarde, mientras miraba por la ventana la hermosa y solitaria costa, observó con curiosidad un joven que parecía danzaba, lanzando algo al mar. Le pareció tan extraño al científico que decidió aproximarse al joven para ver lo que pasaba.
Cuando se acercó vió que el joven no danzaba, si no éste recogía estrellas de mar y una a una las lanzaba al océano.

El científico se sintió confundido. Se acercó y le dijo al joven:

-Buenas tardes amigo! Me pregunto ¿Qué está haciendo?

-Devuelvo estas estrellas de mar al océano, la marea está baja y todas estas estrellas quedaron en la costa, si no las echo nuevamente al mar se mueren.

-Entiendo, dijo el científico, pero esta playa es inmensa y debe haber miles de estrellas, además esto pasa en otras playas a lo largo de la costa. ¿No se dá cuenta que esto no tiene sentido?

El joven sonrió. Tomó otra estrella, la miró y la arrojó al mar diciendo: Para ésta sí tuvo sentido.

El científico no comentó nada, se fue a su cabaña y esa noche no pudo dormir. Al día siguiente, al atardecer, se observaban dos siluetas que lanzaban estrellas al mar.

(Adaptación del cuento de Jack Confield: De una a una)

La sabiduría es el eslabón perdido de los padres actuales

  Por. Danitza Rojas Genao Amores que matan, dice el refranero popular y si creo que hay amores que dañan tanto a un niño,   como la daga de...