Siempre conversadora, amigable y con deseos de transportarnos a esos episodios que narraba con tanta vehemencia Dedé, dedicaba su día a recibir en la casa museo familiar a todos los que con deseos de escuchar esta leyenda de alguien que con el tono de su voz aguda en combinación con los matices que le daba a su narración, llevaba a uno a sentir que lo descrito estaba pasando en tiempo real.
Preservo con honor el nombre de sus hermanas, se mostró siempre alegre por el cariño y respeto que esta media isla le propicio a su familia, conversando con ella hablaba de Patria con orgullo sus ojos se le llenaban al describir que cualidades la adornaban, de María Teresa con nostalgia por la relación que llevaban y de Minerva, hay de Minerva hablaba con tanta fuerza que se estremecía, decía que era tan decidida que hasta a sus padres le sorprendía con esa voluntad tan férrea que hizo que todos le respetaran y amaran siempre.
Qué bueno que tantos niños y chicos visitaron la casa museo y pudieron convivir con esta dama representante de nuestra historia reciente, siempre en su jardín la recordaremos, sonreída, sobria y cumpliendo con su rol, el rol que la vida le encomendó, el de narrarnos la vida de nuestras heroínas, que al final era la suya propia.
En Dedé se daba una exquisita combinación de una persona humilde, empoderada y comprometida, era accesible para quien deseara conocerla, para una foto o conversadita, de igual manera conocía la historia al dedillo y sin embargo asumía que narrarla a su estilo y sin obviar detalles, esa su compromiso en la tierra.
Ahora en el Eco Parque de La Paz que tanto cuido, volaran cuatro mariposas y estamos seguros de que las primeras tres estarán felices de recibir esta hermana mariposa que en la tierra suplió el rol de madre, amiga, narradora de su familia y del país.
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