domingo, 2 de febrero de 2020

La familia, ¡El mejor equipo!


Por: Liny B. Tatis
Son innumerables las ocasiones que hemos escuchado:  la familia, núcleo de la sociedad. Al respecto se han escrito una cantidad considerable de artículos, muchos de los cuales han captado mi atención porque expresan que la familia es, sin lugar a duda, el lugar donde se reúnen un grupo de individuos únicos y particulares que comparten afinidad, consanguinidad, creencias y valores. Sin embargo, en esta ocasión quiero presentar a la familia desde otro ángulo, desde la visión de equipo.
Para formar un equipo, se necesitan aspectos básicos y fundamentales: interactuar, discutir, pensar y actuar de forma coordinada, cooperativa y con objetivos en común.  Ser un equipo requiere de entrenamiento, de esfuerzo, dedicación y constancia para lograr los objetivos que nos planteamos. Por esta razón veo la familia como el mejor de los equipos, porque desde su núcleo nace la oportunidad de enseñar a las generaciones actuales y futuras las estrategias claves para formar individuos capaces de interactuar con otros, pensar en otros, colaborar con otros para lograr una mejor sociedad. No significa que no haya dificultades, claro que las hay, pues al ser distintos, únicos, surgirán las situaciones en las que habrá que hacer sacrificios por el bien del equipo y para ganar la partida.  
Al pensar en la familia como equipo nos brindamos la oportunidad de comprender que no importan cuán distintos somos, sino que puede aportar cada uno para fortalecer y hacer crecer al equipo. Esto implica asignar roles claros y específicos, reconocer fortalezas, áreas a mejorar y objetivos que cumplir. Hoy más que nunca que como sociedad hemos perdido la esencia del verdadero significado de la familia y de los valores que hacen que una sociedad sea idónea para criar a los individuos que formarán parte de ella misma. no hay sociedad sin individuos, ni individuos sin sociedad. Somos un equipo, un conjunto, y en la medida que cada familia entienda que es un equipo, que pertenece a una franquicia en el mundo, encontraremos juntos la solución a cada dificultad que se nos presente. Poniendo en práctica la individualidad, la inclusión, la colaboración y la capacidad de reconocer que la unión es la fuerza que mantiene en movimiento las partes que integran el todo. “No hay familias perfectas pero juntas forman el mejor equipo”
Nos toca, desde la familia fomentar esos valores que esperamos ver en los demás. Es momento de iniciar a percibir el mundo como es y llevarlo a donde aspiramos llegar, en este juego la familia es la pieza fundamental.



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