Pasos a seguir en la toma de decisiones en el àmbito profesional y académico

 

Por: Maribel Lizardo Flores.

 

En el ámbito profesional y académico, la toma de decisiones es un proceso fundamental que enfrentamos de manera constante. Ya sea al seleccionar entre diferentes opciones de carrera o al resolver problemas laborales, cada decisión requiere un análisis cuidadoso y reflexivo. No se trata solo de optar por la primera opción que se presente, sino de evaluar todas las alternativas disponibles y considerar sus posibles consecuencias. Esto implica sopesar los pros y los contras de cada opción y anticipar como podría afectar tanto a nosotros mismos como a los demás.

Por tal razón, es crucial considerar una serie de pasos que nos orienten hacia la mejor elección. De esta manera, nos encaminamos hacia el éxito que anhelamos, inspirados en nuestros objetivos y proyectando lo mejor de nosotros mismos.

Algunos pasos clave para tomar decisiones de manera efectiva:

·    Reconocer la necesidad de decidir:  Es fundamental identificar la situación que requiere una decisión. Esto implica comprender la brecha entre la situación actual y el estado deseado, ya sea en términos de logros académicos o metas profesionales.

Elaborar una lista: Es fundamental elaborar una lista exhaustiva de todas las alternativas posibles, debemos ser meticuloso y abarcar todas las posibilidades relevantes, desde las más obvias hasta las más creativa. Al hacerlo, estaremos mejor preparado para encontrar la solución más adecuada al dilema que estemos enfrentando.

Evaluar las opciones: Al analizar las alternativas disponibles, es importante considerar tanto las ventajas como las desventajas de su determinación de manera critica cada alternativa a corto, mediano y largo plazo. Este análisis debe ser totalmente objetivo, racional y lógico de las posibles consecuencias de cada opción.

Discernir una cosa de otra, entre lo ideal, correcto e incorrecto: La toma de decisiones éticas es esencial en el ámbito profesional y académico. Es importante identificar la verdad y la falsedad, así como asignar un valor moral y espiritual a nuestras acciones de vida inmediata y futura, lo cual contribuye a una convivencia personal y social armoniosa.

 Establecer metas claras: Definir metas concretas ayuda a guiar la elección de alternativas que mejor se alineen con nuestros objetivos. La claridad de nuestras metas nos permite tomar decisiones de manera consistente y sin conflicto, ya que lograr los fines, es lo que nos motiva a decir la solución que más se ajusta a las necesidades reales y futuras proyecciones.

Buscar orientaciones profesionales cuando sea necesario: En ocasiones, puede ser beneficioso buscar ayuda externa para tomar decisiones importantes. Consultar a expertos en el campo académico o profesional puede proporcionar una perspectiva invaluable y ayudarnos a reconocer nuestras fortalezas y debilidades, eligiendo así el camino más sano y seguro, porque somos los únicos responsables de la vida que queremos tener y dar a nosotros mismos y a los demás.

 Vivir la realidad: Implica tomar decisiones fundamentales en la realidad, no en ilusiones o fantasías. Es esencial recordar tanto los momentos felices como los tristes como componentes inevitables de la experiencia humana que enfrentamos cotidianamente. En este mundo, nos encontramos con individuos con actitudes positivas y negativas; sin embargo, ambos tipos son indispensables para nuestro crecimiento y desarrollo en todos los ámbitos de la vida: personal, académico, profesional y social. Esta compresión nos capacita para tomar decisiones más sensatas y ajustadas a la realidad.

Las decisiones son responsabilidades nuestras y de nadie más. Al comprender con claridad qué queremos lograr y qué valores nos guían, podemos seleccionar y avanzar con confianza tanto en nuestra carrera como en nuestros estudios, Solo tú tienes el poder de elegir, nadie más puede hacerlo por ti.  

¡Así que sigue adelante, porque la capacidad de decidir está en tus manos!