Hoy mas que nunca tengo la certeza de que ser joven más que un par de dígitos de la escala numérica , es un estilo de vida, un demostrar a diario que se puede, aunque no se posea la experiencia de las canas y las arrugas.
Los jóvenes de hoy nos enfrentamos a diario ante decenas de dificultades y riesgos, comenzando por el recelo de muchos que consideran que la juventud es una mezcla de inestabilidad con tintes de irrespeto, y pasando por los múltiples obstáculos que nos brinda la época actual, pese a esto hay jóvenes que hacen lo posible a diario por demostrar a los demás pero sobre todo a si mismos que son buenos y que con responsabilidad y entregan alcanzan sus metas.
El brío, entusiasmo y hasta la picardía que da a las personas esta maravillosa etapa de la vida, les permite soñar y ser audaces ante situaciones en ocasiones adversas, como las enfermedades, pobreza y marginación laboral. Es en esta etapa en la que se comienzan a construir las relaciones emocionales importantes de nuestra vida, elegir la persona con la que queremos estar sentimentalmente, quienes serán esos amigos entrañables o esos familiares especiales de consulta con los que contaremos para los casos difíciles, es donde comenzamos a visualizar nuestra vida futura.
La juventud lejos de ser la etapa en la que se supone se pueden cometer muchos desaciertos y probarlo todo drogas, alcohol, relaciones sexuales irresponsables, debe convertirse para los jóvenes en una etapa en la que comiencen a tener el control de si mismo, de sus actitudes, acciones y hasta de las repercusiones de estas. Podemos entender esta como la etapa ideal para cultivar su conocimiento espiritual, académico y personal, pues este conocimiento le ayudara en su vida adulta a desarrollarse mejor y ser más felices en el área en que se desarrollen.
La juventud es la mejor excusa para soñar y visualizarnos, es donde debemos comenzar a construir nuestro proyecto de vida y establecer que pasos dar para alcanzar este proyecto, el bienestar que queremos de adultos se comienza a edificar cuando se es joven.
Esta Ley 10-93 también instituyó el Premio Nacional de Juventud, que sin lugar a dudas representa un estimulo para el trabajo y laboriosidad de los jóvenes que dentro de su realidad social, emocional y económica, logran destacarse en cualquiera de los reglones que este premio establece: Meritos Deportivos, Desarrollo cultural, Servicios y Liderazgo Rural, Aportes a los derechos humanos (niñez y juventud), Merito Estudiantil, Superación y logros personales, Bienestar social, Aportes a la salud, Aportes a la cultura de paz, Desarrollo y superación empresarial en la comunidad, Servicios sociales voluntarios a favor de la comunidad, Liderazgo religioso, político o profesional, Jóvenes dominicanos destacados en el exterior, Preservación al medio ambiente, este año fueron decenas de jóvenes los y las premiadas en los distintos municipios y regiones de nuestro país para culminar el 31 de enero con una gran premiación de gala en el teatro nacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario