Desafíos de la familia hoy

 

Por: Mildra Reinoso 

y Fátima Cosme

 

La familia es el núcleo, principal de la sociedad, la célula más pequeña de organización social, nido de amor, iglesia doméstica, escuela de evangelización, todas estas afirmaciones se nos han explicado desde pequeños y aun se sigue aplicando hoy.

Y es cierto la sociedad de hoy es el reflejo de la familia que tenemos.

Son incontables los análisis que se han hecho sobre el matrimonio y la familia, sobre sus dificultades y desafíos actuales. Es sano prestar atención a la realidad concreta, la realidad de la familia hoy en toda su complejidad, en sus luces y sombras [...] El cambio antropológico-cultural hoy influye en todos los aspectos de la vida y requiere un enfoque analítico y diversificado.

No basta con solo hacer críticas, es necesario tomar acciones en favor de la familia. Que favorezcan el dialogo, la comunicación y la estabilidad, en cada uno de sus miembros.

Es cierto que las familias son el reflejo de la sociedad de hoy, la realidad de la familia hoy en toda su complejidad, en sus luces y sombras.  El cambio antropológico-cultural hoy influye en todos los aspectos de la vida y requiere un enfoque analítico y diversificado, Pero «somos conscientes de la dirección que están tomando los cambios antropológico-culturales, en razón de los cuales los individuos son menos apoyados que en el pasado por las estructuras sociales en su vida afectiva y familiar.(Encíclica amoris laetitia. )

El matrimonio desde el principio de los tiempos, con Adán y Eva, ha tenido que enfrentar desafíos. Si vemos el capítulo 3, del libro del génesis, de las sagradas escrituras, nos narra un hecho, que seguimos enfrentando hoy día. Como imaginar, que la convivencia entre personas se hace a veces algo complicado.

Pues no nos han educado, para ser padres, madres, esposos y esposas exitosos  en la vida familiar. Y si preguntamos  ¿a qué se debe esto? Es posible que haya más de una respuesta.

 Nos preparamos, nos educamos para ser profesionales exitosos, en una carrera, sin embargo hay tantos profesionales exitosos económicamente, con mucha fama y mucho poder. Pero detrás de sus puertas, cuando llegan al seno de su familia, no son más que tumbas frías y llenas de podredumbre. Y seguimos preguntando ¿qué pasa con el matrimonio? Lamentablemente vivimos en¨ la cultura de las cosas¨ donde solo se procura bienestar y placer.

Muchas parejas solo se centran en tener, para aparentar. Dinero, la mejor casa, el mejor carro, viajes, cenas, fiestas entre otras, son en muchas ocasiones las razones para formar una familia. Dejando de lado el amor, que es capaz de cruzar fronteras, romper ataduras, ir más allá del propio limite humano.

El matrimonio es un don de Dios, el cual nos invita a ser procreadores y colaboradores con la creación cuando nos asignó la tarea de crecer y multiplicarnos.

Ser un padre o madre ejemplar es una tarea, del día a día.

Es crecer juntos como pareja, como familia al ritmo de los hijos, es estar en cada momento de nuestra familia, permitiéndoles crecer en libertad, con seguridad, en amor, respetando sus individualidades.  Teniendo siempre pendiente que el hogar es la primera escuela donde nuestros hijos adquieren valores, imitando nuestro comportamiento, siendo el modelo de nuestros hijos e hijas.

Ante los desafíos de hoy, la familia ha de tener una serie de valores, que le sirvan de escudo para poder protegerse de los antivalores, que inundan la sociedad, corrupción, drogas, sexo desenfrenado, alcoholismo, infidelidades. Las familias, han de custodiarse de amor, comunicación, dedicación, oración, perdón, reconciliación, trabajo en equipo, educación integral. De manera que formen ciudadanos de bien para el mundo, creadores de una nueva sociedad, familias sanas y estables. Que amen y respeten el bien común, que defiendan la vida y luchen por la justicia.