Por: Yesenia Arias Vizcaíno y Darianna
Beltre Diaz
Para
abordar este tema cabe resaltar que “fraternidad es la unión entre hermanos o
entre los que se tratan como tales” (Diccionario enciclopédico Océano
volumen IV). Este se crea a través de la unión de personas o las elecciones
sociales relacionado con los vínculos de unidad existente con los mismos
intereses, debe ser caracterizado por el apoyo y el respeto.
La
vida familiar es hermosa y a la vez un tanto complicada al momento de ver como
los hermanos se quieren esforzar por tomar un lugar determinado en la fratria del
seno familiar para mantener el valor de la personalidad infantil y que los
padres y /o tutores mantengan la atención centrada en ellos.
Por
desconocimiento, muchas veces los adultos convierten la fratria en disfuncional,
es muy común cuando va a nacer otro hijo puede crearse celos, disgustos,
resentimientos y rivalidad, ya que en algunos casos los padres le brindan más
atención y cuidados personales al neonato, sin tomar en cuenta ni dando
participación al otro niño en la casa, resaltando su belleza, virtudes, gozo de
que haya nacido y llenándole de regalos. De esta manera el hijo mayor se siente
que han invadido su espacio, que está abandonado o que ya su belleza termino,
convirtiéndose este en el síndrome del príncipe destronado que tiene como
característica lo antes mencionado, así como también al nacer un nuevo miembro
en la familia, la estructura familiar pasa por un momento de 'crisis' o cambio,
en el que se deben de reajustar funciones y roles en los progenitores. Estos
ajustes repercuten en la estabilidad del niño, quien a partir de este momento
no tiene exclusividad en cuidados y atención por parte de los mayores.
Esto
produce rivalidad fraterna; esto lleva al niño a sentirse con emociones
dolorosas y sentimientos encontrados, es como si en ese momento se crea una
lucha de poder, enfado y una disputa, creando un ambiente de agresividad entre
hermanos y cambio absoluto de la conducta. Los niños se pueden poner ansiosos,
puede verse afectada la inteligencia emocional y su maduración evolutiva.
Para mantener un encuadramiento efectivo en la
fratria es recomendable que la convivencia sea basada en el respeto, aceptación
de confines, cooperación, buena comunicación y que no vivan en competencias más
bien en apoyo mutuo desarrollado en un contexto benéfico, para este fin es
recomendable lo siguiente:
Hablar con el niño. sería beneficioso una conversación de los
padres con sus hijos, haciéndoles entender que la llegada del hermano no supone
una sustitución.
Evitar las comparaciones.
Es fundamental evitar cualquier tipo de comparación entre los hermanos. Cada
niño es único y diferente del resto.
Validar las emociones que está
sintiendo. Otra actitud de los padres que resultará beneficiosa
será la validación de las emociones que está sintiendo el niño, es decir,
mostrar una actitud empática y de apoyo hacia su hijo.
Fomentar un clima familiar agradable.
Pasar tiempo en familia en la medida de lo posible.
Implicación en el cuidado del
hermano. También puede ser útil proponer al mayor alguna tarea
relacionada con el cuidado del niño como puede ser, por ejemplo, intervenir en
el baño, en la elección de ropa, en el cambio de pañal, etc.… bajo supervisión
de los progenitores; aunque no es conveniente que haya una implicación excesiva
por parte del hermano mayor ya que podría sentir un elevado número de
responsabilidades impropio de la fase evolutiva en la que se encuentren.
No manifestar preferencias.
Una manera de acentuar los celos entre los hermanos ocurre cuando, ambos
progenitores o uno de ellos, muestran preferencias por uno de los hermanos, en
este caso, preferencias por el hermano recién llegado. En muchos casos, estas
preferencias se hacen de forma inconsciente, pero es importante que los padres estén
alertos de ello e intenten evitarlo.
Evitar, en la medida de lo posible,
cambios importantes en la estructura familiar. Pese a que, en
algunas ocasiones, no es posible evitar ciertos cambios, es conveniente no
hacer coincidir la llegada del nuevo miembro de la familia con algún otro
acontecimiento importante: cambio de colegio, cambio de domicilio, etc.
Mostrar las ventajas de tener un
hermano pequeño. Hacerle entender al niño que podrá jugar
con su hermano y tener compañía. Además, se le puede hablar de las ventajas de
ser el hermano mayor, explicándole los privilegios que él puede disfrutar.
Las
familias que tienen una fratria entre hembras y varones se pueden enriquecer
haciendo uso de la cooperación, sin olvidar que cada uno tiene sus propios
límites y estos hay que respetarlo, además los adultos deben motivar a los
hermanos a resolver sus propias situaciones por ellos mismos, pero si se
requiere la intervención de un adulto que sea sin parcializarse para evitar
rivalidades entre ellos, garantizando una sana convivencia y la armonía
familiar.
Los
padres se forjan sobre sus hijos una serie de buenos deseos, metas, expectativas
y aspiraciones, esto es bueno pues, así motivan su buen desarrollo para esto
hay que inculcar grandes valores espirituales y familiares motivando al niño a
mantener un ambiente respetuoso con sus hermanos, amándolo y aceptándole tal
cual son.
Invitamos
a los padres a saber mantener un encuentro perfecto en las relaciones fratria,
dedicar tiempo de calidad a cada hijo resaltando lo importante que son, mirando
su bellezas y virtudes, trabajar la comunicación efectiva, motivando el trabajo
en equipo, confianza y sobre todo una familia guiada por el amor.
2 comentarios:
Muy interesante
Muy buena investigación licenciadas,todo muy bien detallado,me encanto mucho el tema
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