Por.Carol Martinez Ynfante
La elección de una carrera es una de las decisiones más transcendentales en
la vida de cualquier persona y esta esencialmente ligada a la percepción que
tiene cada individuo. No solo es un proceso de evaluación de habilidades y
oportunidades, sino que también, es un viaje interno que reflexiona acerca de
lo que nos apasiona, nos gusta y queremos para nuestra vida. Es por esto por lo
que la autoestima, autoimagen y autoconcepto, son como los cimientos invisibles
que sustentan nuestras decisiones vocacionales.
El autoconcepto, no es mas que esa imagen que tenemos de nuestras propias
habilidades, actitudes, valores y personalidad, desarrollar un autoconcepto
positivo nos orientara a poder determinar cuales son esas habilidades que me
caracterizan y se me dan bien, oriéntanos así a que carrera elegir de cuerdo a
mis destrezas.
La Autoimagen, es la manera en que nos vemos a nosotros mismo con relacion
a los demás, cuando logramos tener una buena autoimagen, nos vemos como
personas capaces, inteligentes, poderosas, valiosas que están dispuestas a
perseguir el éxito, afianzándonos en buscar carreras desafiantes las cuales nos
reten a dar lo mejor de nosotros y no conformamos con menos.
La autoestima, es ese juicio interno que tenemos sobre nuestro propio valor
y cuales son esas competencias que poseo, esta juega un papel fundamental en la
capacidad para perseverar, luchar y ser constantes en la búsqueda de nuestras
metas profesionales, pues cuando nuestra autoestima esta equilibrada, sabemos cuánto
valemos, todo lo que podemos dar y que tanto somos capaces de alcanzar, nos
permite enfrentar los rechazos y los fracasos con resiliencia y nos volvemos a
levantar aunque caigamos mil veces.
Cuando logramos obtener una autoestima, autoimagen y autoconcepto positivo
sobre nosotros mismos, somos capaces de entender que a la hora de elegir
nuestra elección vocacionales nos enfrentamos a un camino lleno de retos y
desafíos, pero que aunque nos caigamos podemos levantarnos, que ningún camino
será sin dificultad y que los obstáculos están para ser superados, que los
tropiezos no se usan como excusas para abandonar, si no para aprender de ellos
y cada día ser mejor, persistir, y luchar hasta lograr mis objetivos.
Cabe destacar que cuando comprendemos y cultivamos una percepción positiva
y realista de nosotros mismos, podemos tomar mejores decisiones profesionales
de una manera más informada y alineada con nuestras verdaderas pasiones,
aptitudes y competencias, lo que nos garantizara una mayor satisfacción y
éxitos en nuestra elección vocacional.
En conclusión, el autoconcepto, autoimagen y autoestima son como un cristal
a través de los cuales percibimos cuales son esas posibilidades que, si tengo y
cuales son mis limitaciones, ayudando de esta manera a dar forma concreta a la
decisión profesional. Cultivar una comprensión profunda y positiva de nosotros
mismos es fundamental para recorrer con confianza, claridad y seguridad este
gran proceso que marca un antes y después en nuestras vidas. En última instancia, al reconocer y nutrir
nuestra verdadera identidad vocacional, estamos abriéndonos las puertas a un
futuro profesional que no solo aportará éxitos a nuestra vida, sino que también
nos dará esa satisfacción y realización personal que es tan importante para
nosotros como seres humanos.
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