Por:
Esperanza Minara
y Beatriz Jiménez
En nuestras aulas
hay niños (as) con problemas de visión y esto influye grandemente en su aprendizaje,
ya que este es implementado mediante proceso.
Si un niño tiene
problemas en la visión, que no son destetados a tiempo, su aprendizaje escolar se
puede ver seriamente inferior, desalentado su progreso en los estudios y
generando frustraciones en el afectados y sus padres.
Los problemas que
sufren los órganos visuales son una de las causas más conocidas del fracaso estudiantil.
El papel de la
visión es básico en el aprendizaje. Desde niños aprendemos a través de la misma a conocer el
mundo, explorando experiencias para el futuro, Una buena
visión nos permite el significado y comprender lo que vemos.
En el proceso de aprendizaje están implicadas una
serie de habilidades puramente visuales que los niños y niñas deben tener
completamente desarrolladas al comenzar la etapa escolar, para permitir así, el
desarrollo del resto de más habilidades más complejas en dicha etapa.
En dicho desarrollo,
el proceso de aprendizaje sufre una alteración. El niño o la niña aprende unas estrategias para compensar su
problema visual frente a las pedidas en el nivel escolar o académico es tan alto
para él o ella, que sus estrategias son insuficientes y surge el llamado
fracaso u problema de aprendizaje.
Los docentes tratamos
de buscar las estrategias con el fin de facilitar los procesos de aprendizaje
de los alumnos as, y también planes pedagógicos específicos para los estudiantes
que puedan presentar dificultades o retrasos en el aprendizaje.
Cada día los docentes juntos a padres y
tutores deben buscar soluciones que conlleven a la enseñanza significativa para
las competencias esperadas de los estudiantes.
Mediante la Terapia
Visual se le puede estimular su visión para eliminar esas destrezas, cambiándola por la forma correcta que
le valga para toda
Su vida. Al conseguir
mejorar estas habilidades visuales, el niño o la niña tendrán un aprendizaje
más fluido y le costará menos esfuerzo aprender; le llegará incluso a gustar
leer, hacer operaciones matemáticas, entre otras. En definitiva, hacer los
deberes, que cada día, presumen una lucha constante. Por tanto, su
comportamiento general, tanto en casa como en la escuela, mejorará enormemente,
su entorno social y familiar.