Por:
Perseveranda
Javier Reyes
Maritza Durán Quezada
Como
educadores estamos llamados a moldear conductas
y ser guías para el logro de los
aprendizajes.
Debemos tomar conciencia de la necesidad de conocer e
investigar acerca del cerebro; su función para el desarrollo de una mejor enseñanza, un ambiente escolar adecuado, implementación de un currículo
actualizado y una evaluación más acorde
con las características intrínsecas e
innatas del cerebro, o sea, compatible
con la manera como se desarrolla éste.
Caine y Caine
(1997) sostienen que hay tres elementos interactivos de enseñanza que emergen
de sus principios y que pueden aplicarse perfectamente en el proceso de
enseñanza- aprendizaje.
1.
Inmersión
orquestada en una experiencia compleja:
crear entornos de aprendizaje que sumerjan totalmente a los alumnos en una
experiencia educativa.
2.
Estado
de alerta relajado: eliminar el miedo en los alumnos,
mientras se mantiene un entorno muy
desafiante. Para el desarrollo de esta capacidad en los estudiantes, el
maestro debe promover la reducción de la
amenaza y mejorar la autoeficacia. Procesamiento
activo: permitir que el alumno consolide e interiorice la formación
procesándola activamente.
Para
favorecer un mejor aprendizaje en los estudiantes los docentes estamos en la
obligación de conocer cada principio de aprendizaje del cerebro.
A
medida que el profesor conoce los
modelos o tipos de cerebro (cerebro
social, hormonal, emocional, hambriento etc.) será mejor el resultado que
obtendrán los estudiantes en su rendimiento escolar.
Según
Purpose Associates (1998-2001), la aplicación de la teoría del aprendizaje
compatible con el cerebro impacta a la educación en tres aspectos
fundamentales:
Currículo:
los profesores debemos diseñar el aprendizaje centrado en los intereses del
alumno y hacer un aprendizaje contextual.
Enseñanza: los
educadores debemos permitirles a los alumnos que aprendan en grupos y usen el
aprendizaje periférico.
Evaluación: la
evaluación debe permitir al estudiante que está aprendiendo a entender sus
propios estilos de aprendizaje así como sus preferencias.
Por
consiguiente, los profesores hemos de entender que la mejor manera de aprender no es
por la clase expositiva, sino participando en entornos reales que permitan
ensayar cosas nuevas con seguridad.
La
educación dominicana cuenta con un currículo actualizado y revisado, con un
enfoque por competencias, en tal sentido si los facilitadores del aprendizaje
nos apoyamos en la neurociencia, tendremos más y mejores
resultados cognitivos que sin
dudas se reflejarán en los aprendizajes de nuestros estudiantes.
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