miércoles, 16 de septiembre de 2009

Los Temores

En algún momento de nuestras vidas hemos tenido escalofríos o hemos transpirado, solo con pensar en alguna situación, persona o lugar que nos provoque tener temor. Los temores son parte del conjunto de sentimientos y pensamientos que poseemos los seres humanos, si importar que sean por algo conocido o desconocido, por lo tanto siempre han estado y estarán presentes en nuestras vidas. Si le preguntamos a una persona de mas de 70 años a que le tenía miedo cuando era niño nos dirá que al régimen, o a la aparición de los muertos y si le preguntamos a uno un poco mas joven nos dirá a la delincuencia, enfermedades u otra cosa de estos tiempos.

Quien podría decir que en algún momento en su transitar por la vida, no se ha detenido por temor a algo o a alguien, los seres humanos somos temerosos de lo desconocido, pues no como no sabemos que traerá la novedad y esto nos provoca sentimientos encontrados, en ocasiones esos temores a las situaciones nuevas, hacen que no tomemos iniciativas de cambiar, innovar y actualizarnos, tanto en nuestro quehacer personal como laboral. Iniciativas o desiciones que talvez podrían cambiar el rumbo de nuestra existencia de manera positiva.


La muerte, constituye uno de los mas grandes temores, talvez porque esta deja sentimientos de nostalgia y melancolía en las personas, que decir del temor a la soledad pues en ocasiones nos aferramos a parejas, amigos o relaciones, que aunque sabemos no nos llevarán a ninguna parte, no dejamos por el miedo a sentirnos abandonados o solos, la soledad bien llevada puede convertirse en un espacio de reflexión, meditación y conocimiento propio.


La opinión de los demás, el miedo a hacer el ridículo y el temor al fracaso constituyen algunos de los grandes temores de los seres humanos, que obstaculizan su camino hacia la felicidad, pues si bien es cierto que no vivimos con la intención de complacerlos a todos, también debemos de aceptar que estamos la mayor parte del tiempo rodeados de personas, aunque su opinión no es determinante, esta influye en nuestras actuaciones, y que tenemos que tratar de adecuarnos a convivir con los demás, con sus comentarios, concepciones y pensamientos.


Desde niños se nos ha hablado del temor a Dios, sin importar cual sea la doctrina que profesemos, este temor o mas bien este respeto, no se refiere a acercarse a él, pues que padre no se siente satisfecho cuando ve que su hijo lo busca y vive de acuerdo a los preceptos que él le enseño. Este temor habla del uso que le demos al libre albedrío que tenemos de actuar bien o mal.

El temor a enfrentarse con la vida, constituye uno de los mas grandes venenos que aniquila la personalidad del que lo tiene, debemos tomar el control de lo que hacemos y hacerlo con responsabilidad, la vida es como una autopista donde hay transitando cientos de dificultades y obstáculos, que harán que en algún momento nos detengamos, pero en ese instante no se puede convertir en una excusa para que nuestros temores afloren y se apoderen de nosotros. Ese momento de parar debe ser para analizar como quitaremos o le pasaremos por encima a esos obstáculos que nos impiden continuar.

Nuestro crecimiento como padres, pareja, empleados y profesionales, se ve amenazado cuando sentimos temor, los que tienen temor no se conocen, cuando logremos conocernos, seremos libres y nos aceptaremos, el que corre riesgos es el que tiene la fuerza interior de asumir con valentía las consecuencias de sus actos, sean estas negativas o positivas.

Si asumimos todos nuestros compromisos con responsabilidad y nos empoderamos de lo que hacemos y decimos, tendremos seguridad y los fantasmas del temor, recelo, aprensión, pánico, no estarán presentes en nuestras vidas.

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