jueves, 16 de marzo de 2017

CERCA DE LOS QUE ESTÁN LEJOS Y LEJOS DE LOS QUE ESTÁN CERCA

Por:
Damaris del Rosario
 Santa Lucía Peguero
                                        

El avance tecnológico ha producido una verdadera revolución en el estilo de vida de las familias del siglo 21. Imagino la respuesta de una ama de casa si le preguntáramos si le gustaría regresar a los años 50, cuando no había lavadoras, ni planchas de ropa, ni microondas, entre otras cosas que reducen el trabajo y nos hacen la vida más fácil.

La tecnología también ha revolucionado el mundo de la comunicación, creando diferentes medios para que podamos mantenernos conectados aún con seres queridos que están en otros continentes. Sin embargo haciendo un análisis desde el punto de vista de la unión familiar, observamos que esos avances tecnológicos pueden convertirse en un arma de doble filo si no sabemos darle el uso correcto.

A menudo vemos familias que a pesar de estar compartiendo el mismo espacio físico, se encuentran desconectados emocionalmente, ya que la mayoría de sus miembros están sumergidos en el ciberespacio y han perdido la capacidad de interactuar unos con otros. Es por eso que decimos que la tecnología te acerca a los que están lejos y te aleja de los que están cerca. Si queremos familias unidas, física y emocionalmente,  debemos tomar algunas medidas tendentes a reducir el tiempo que le dedicamos al internet y que promuevan las actividades de interacción personal; como por ejemplo: visitas al parque, a la playa, ver una película, jugar, visitar amistades y/o parientes con el uso del celular restringido solo para llamadas, hacer un Picnic, celebrar los días especiales con amigos y familiares, comer al menos una comida al día juntos sin el uso de celulares o cualquier otro dispositivo, entre otras.
Se cuenta que en una ocasión un niño le dijo a su padre que le gustaría ser su teléfono celular; el padre le preguntó que porqué, y el Niño le contestó: para que me cuiden de no caer, para que no me suelten de sus manos, para que rían cada vez que me vean, para que me lleven a todos lados, para que vean si tengo energía, para que tomen un trapo y me limpien la carita cuando me ensucie, para que duerman a mi lado, y ser lo primero que vean al despertar, solo por eso quiero ser tu celular.

Esta historia nos llama a la reflexión acerca del espacio que le damos en nuestra agenda diaria a la interacción familiar con esas personas que al final son las más significativas en nuestras vidas y que nada debe sustituir la relación afectiva y personal con ellas.



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