sábado, 1 de mayo de 2021

Conducir las circunstancias es nuestra opción.

 

Por: Waldo Cruz.

Dos personas conducen sus vehículos y se encuentran ante un problema en la vía publica, una de ellas está en la dirección correcta de la vía, la otra se encuentra en vía contraria; es de razonable de que, quien está en la vía del transitando correcto le solicite a el otro conductor ceder el paso, este se orille o retroceda y le permita su paso (problema resuelto);  por supuesto, todo dependerá de la forma de solicitarlo, tono voz y gestos, ante la situación, el segundo conductor debe ceder o en caso contrario pasar a una confrontación.  Considero que el manejo adecuado de los problemas y conflictos puede prevenir situaciones embarazosas e irreversibles.

Al tratar de resolver un problema circunstancial, es fundamental detenernos a pensar en adoptar una aptitud preventiva y pacífica; decidir dirigirnos para abordar directamente a la persona con quien estamos en desacuerdo; en primer lugar, esto requiere mucho mas que oír, es decir,  asumir una aptitud de hacer el esfuerzo por escuchar atentamente a la otra persona; luego reflexionar sobre lo escuchado, entonces realizar nuestra contribución con una propuesta que incluya la opinión de ambas partes en la solución del problema; comunicado con la actitud adecuada, tono de voz y gestos. Esto contribuye a que la otra persona se sienta escuchada y note nuestro control.

Si el segundo conductor de forma conciente reconoce que esta en contra vía y retrocede, la situación pasa por alto; en cambio si el mismo se detiene y exige a quien esta  correcto en la vía para que seda el paso, en ese momento inicia el desacuerdo; es a partir de ese momento en donde el conductor en su derecho debe hacer uso de las opciones planteadas anteriormente: aptitud preventiva, pacifica, escucha atenta, propuesta con voz, gestos adecuados. Estas diferencias cuando se manejan apropiadamente, pueden resultar en soluciones e interacciones más creativas y valiosas.

En el caso de que el primer conductor en su razón se apoye en la opinión de otros y se mantenga hablando con el pasajero de su derecho, no intentara pensar en solucionar la situación, por que se sentirá apoyada en su razón y reafirma su conducta. Ante esta situación es recomendable a los acompañantes realizar opiniones que sean propuestas viables que alienten a mantener la calma y a la solución de la situación; es más provechoso tratar los problemas a medida que van surgiendo en todo momento como sociedad promoviendo una cultura de paz.

Por otra parte, ante estas circunstancias cuando  una de las partes no puedes controlar y manejar la situación en desacuerdo, viene como resultado la confrontación, la cual crea un ambiente que aleja psicológicamente a las dos personas involucradas, emergiendo  sentimientos de antipatía, antagonismo como mecanismo de defensa, resultando un alejamiento de posibles formas y canales adecuados de comunicación, en ocasiones emergen reacciones de agresión impredecibles de una de las partes implicadas, todo esto puede ser prevenido. Podemos ver como se presentan situaciones en donde uno de los conductores se desmonta y saca un arma para intimidar, otros hacen uso abusivo de ella, en otras ocasiones ambas partes apagan su vehiculo y se quedan estacionados sin mediar palabras, esto dicta mucho en la capacidad de comunicación para la resolución de problemas.

En conclusión, pienso que es adecuado proceder con aptitud preventiva, mediadora, escucha atenta que nos permita tener control de nuestro comportamiento ante la situación para tomar mejor decisiones ante las posibles propuestas que realizaremos para la solución del problema circunstancial.

Yo pienso que la confrontación y el conflicto no deben reemplazar la escucha atenta y la propuesta mediadora para dar solución; porque, tu puedes elegir como proceder, asumiendo el control de ti mismo y por consiguiente de la situación. En caso de que la otra parte se mantenga en el punto opuesto, lo recomendable es aplicar el principio de la humildad y ceder nuestro derecho,  continuar nuestro día sin la tensión de este factor externo imprevisto.
Es una virtud no enfadarnos fácilmente, encontrar la mejor forma de disipar la atención cantando, escuchando una música que nos aleje de esa experiencia.

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