lunes, 22 de mayo de 2017

LA DIVERSIDAD Y LA EDUCACIÓN BASADA EN EL CURRÍCULO

Por:
Eladia Verónica Ortega Sosa
Yinette Fernandez Peña

La responsabilidad principal de la escuela es garantizar una educación de calidad e inclusiva, donde todos los alumnos reciban iguales oportunidades para desarrollar sus potencialidades y competencias necesarias para su realización personal y social. De ahí la necesidad de que esta articule acciones que capaces de cumplir con tales aspiraciones, sin embargo, esta misión resulta cada vez más desafiante, puesto que en las aulas confluye un universo de actores, tanto docentes como de estudiantes con culturas, ritmos y estilos de aprendizajes con diferencias marcadas pero que deben ser atendidos conforme a las necesidades de cada uno.

Este universo es llamado diversidad, cual refiere a “Variedad, semejanzas, diferencia” (DRAE), es decir que, evocaa la diferencia, la existencia de la variedad o la abundancia de individuos o cosas de distintas características que confluyen en un determinado espacio o comunidad. En la ley general de educación 66’97 (art 4, lit. m) se instituye el derecho que tiene cada estudiante de recibir una educación apropiada sin importar sus capacidades y condiciones físicas, culturales o de cualquier otra índole que pudiera privarles de sus derechos fundamentales. De ahí la necesidad de que la escuela reciba y valore a cada alumno por ser quien es, sin ningún tipo de discriminación

Una escuela de calidad es aquella que ayuda y da seguimiento al proceso de enseñanza – aprendizaje de sus alumnos, buscando alternativas y nuevas estrategias que sustenten dicho proceso, contribuyendo así en el desarrollo de sus habilidades, competencias, actitudes, destrezas, creatividad, apoyándose en el marco de la adaptación curricular, propósitos planteados, metodologías didácticas, materiales y recurso que favorezcan las diversas necesidades de los alumnos, socializando de forma directa con las familias de modo tal.

Por esto los centros educativos tiene el reto de gestionar espacios y momentos educativos que den respuestas a estas demandas, lo cual implica una transformación de la cultura escolar, que fomente la convivencia respetuosa, y avance hacia una comunidad escolar acogedora, colaborativa y estimulante. Por lo que ‘’es la escuela la que debe adaptarse a los/las estudiantes y no estos/estas a la escuela’’ (MINERD:11)


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