¡Nuevo reto para la educación!
Por:
Ana Yaniris Ramírez y Maryelin Suarez
Hoy en día tenemos que aceptar que la
diversidad es un hecho, o una realidad,
en la escuela, y en todo nuestro entorno de la vida. En la actualidad Ya vamos
entendiendo que todos somos iguales. Pero nos hacemos esta pregunta¿es la
escuela capaz de atender la realidad o la diversidad de su alumnado?¿Es la
escuela capaz de responder adecuadamente a las necesidades educativas
especiales y capacidades de sus alumnos
y los ayuda por tanto a progresar?
Atender la diversidad escolar supone valorar y acoger a cada alumno por ser
quien es, sin ningún tipo de discriminación por razón de sexo, procedencia, raza,
nivel social, sobredotación o discapacidad, en el marco de respeto a los
derechos que tienen como seres humanos, una escuela con una educación de
calidad, es aquella que ayuda al progreso, en aprendizajes y actitudes, de cada
individuo por lo tanto debe de existir la adaptación de currículos,
metodologías didácticas, materiales y recursos a las necesidades y capacidades
diversas de cada alumno. Si se realiza o se trabaja de esa manera entonces
tendremos una escuela con una educación
equitativa y de calidad.
Una escuela abierta a la diversidad
requiere introducir cambios positivos en el quehacer del día a día de las aulas
y de los centros con amplios conocimiento, imaginación, esfuerzo y
perseverancia, además de los necesarios apoyos y recursos, La atención a la
diversidad necesita de un clima
En las escuelas sensibles que permita
mejorar la situación de cada uno de los miembros de la comunidad educativa,
basado éste en el compromiso y las actitudes profundas de tolerancia hacia el
hecho diferencial, sin establecer categorías, y donde el alumno y el profesor
se sientan miembros de una comunidad donde puedan encontrar apoyo mutuo.
La necesidad de que la escuela
ofrezca respuestas educativas coherentes con las necesidades de los alumnos que
a ella llegan, supone la adopción de planteamientos organizativos flexibles que
propicien el cambio y la innovación en los centros educativos en razón de su
propio contexto y de su cultura. Por tanto, sería necesario generar y potenciar
un modelo de escuela que propicie no sólo un discurso y unos contenidos claros,
sino que, además, esté configurada como una institución que apuesta por la
innovación y la ilusión, abierta al compromiso y respeto a la identidad de cada
estudiante y docente, y sensibilizada con una visión global y colaboradora.
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