APRENDIENDO A ANDAR EN EL FANGO SIN ENSUCIARNOS.
Por:
Gloribel García Vásquez
Nuestro desarrollo se da a través de cambios, pues
aprendemos constantemente y la vida nos va mostrando cómo enfrentar las
situaciones, cómo manejar emociones y cómo reaccionar ante las adversidades.
Nuestra actitud es determinante ante nuestros resultados.
Para andar en este mundo debemos adaptarnos, de no ser
así, no sobreviviremos. La resiliencia consiste precisamente en ser capaces de
transformar el dolor en una fuerza de voluntad inquebrantable para superarnos y
rehacernos; esto es una capacidad que nos permite afrontar las adversidades sin
derrumbarnos, mostrando nuestra mejor cara y potencializando nuestro norte para
seguir siempre hacia delante.
Cuando controlamos emociones negativas, tenemos
sentido del humor, aprendemos de los errores, activamos habilidades en momentos
difíciles y nos permitimos recuperarnos, estamos dando un paso a la libertad
emocional, al conocimiento que nos hace crecer y comprender la valía del amor
propio y la responsabilidad que tenemos sobre nuestro ser, sobre nuestra
existencia.
Las crisis siempre estarán presentes, pero la manera
en que nos preparemos para minimizar sus daños, para transformarnos y resistir,
marcará la diferencia en cuanto a superación de situaciones se refiera, pues si
nos adaptamos, nos manejaremos y aprenderemos a responder de forma asertiva y
optimista ante las realidades de la vida.
Si estamos siendo arropados por algún fango,
recordemos a la flor de loto que vive en él y no se ensucia, de esa misma
manera debemos aprender a relacionarnos, a involucrarnos y a generar
alternativas para no dejarnos invadir del pesimismo cuando las cosas no salen
como las esperamos. Esto pasa en todo el ámbito existencial, incluyendo las
etapas del desarrollo humano por las que debemos atravesar, las amistades, el
trabajo, la familia, las relaciones amorosas e interpersonales.
La vida nos dará lecciones, nos marcará y quizás nos
recuerde reiteradas veces cuánto nos hemos equivocado, no así, en nuestra
capacidad para manejar estos golpes, en lo que le digamos a nuestras mentes
estará la plasticidad para desenvolvernos y vencer todo obstáculo que nos esté
impidiendo avanzar.
Ser resilientes nos permite tener una vida más
saludable emocional, física y mentalmente. Esta habilidad colabora con nuestra
conciencia haciéndole entender que somos dueños de nuestros destinos y que podemos
siempre dibujar sonrisas en un mundo de gente que sufre por no saber autorregular
apropiadamente sus emociones y situaciones. Seamos portadores de estabilidad.
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