Por que yo
soy importante
Por.
Aurelara Mery Díaz
Muchas
personas afirman que tienen tantos problemas que no pueden salir adelante y lograr colocar sus
vidas al nivel en el que desearían tenerla. Es cierto que no todos cuentan con
las mismas oportunidades, el mismo nivel de Autoestima, la misma preparación intelectual ni la misma base
económica.
Sin
embargo es factible persuadir que se tiende a engrandecer las dificultades, a
convertirlas en nuestros verdugos y a disminuir y subestimar nuestra capacidad
para resolverlas y avanzar creativamente.
La
Autoestima se define como la forma en que nos valoramos, es la experiencia de
que podemos llevar una vida significativa, también es la valoración o juicio,
positivo o negativo.
Varias
expertos han estudiado sobre el tema, sin embargo para referirse de un modo
general al valor que una persona tiene de si mismo esta va relacionada con la autoimagen
que es el concepto que se tiene de uno propio y también de la autoaceptación
que podamos reconocer nuestras cualidades y defectos. En ocasión la autoestima
puede aumentar o disminuir a partir de algunas situaciones emocionales,
Sociales, Familiares y también laborales.
Es habitual
que los adolecentes presenten problemas de autoestima ya que estos están
pasando por un periodo de desarrollo personal y las expectativas que los demás
puedan tener de ellos pueden ejercer una fuerte presión y genera inseguridad.
En mi opinión personal puedo decir que el objetivo es
contar con una autoestima adecuada que no sea demasiado alta ni muy baja, ya
que esto influye en nuestros pensamientos emocionales, si tenemos un auto
estima fuerte podemos tener una mayor calidad de vida pero si es muy baja la
persona tiende a desvalorizarse, no se cuida ni se acepta como es, tiene
dificultad para sentirse Valioso, puede llegar a ser tímido y sentirse inferior
a los demás.
En conclusión La Autoestima es un recurso psicológico que permite que
las personas se orienten hacia el bienestar y no hacia la autodestrucción. Sin
embargo de manera automática y poco consciente, acostumbramos desarrollar
comportamientos que afectan y reducen de manera significativa nuestra calidad
de vida.
Envidiar,
criticar, maltratar, celar, quejarse, negarse a aceptar las cosas como son,
evitar los cambios necesarios, trabajar compulsivamente, fumar o beber en
exceso y actuar tímidamente o con apatía, entre otras conductas frecuentes,
revelan desamor por uno mismo, pérdida del equilibrio de la mente y del cuerpo
y, por consiguiente, la urgente necesidad de restablecer la Autoestima, que es
la pieza clave para todo tipo de relación en nuestras vidas: paternal, amorosa,
de trabajo o simplemente social.
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