Por:
Sandy Rosely Reyes Abelino
En la actualidad contamos con importantes cambios en los modelos
educativos, propiciado por el impacto de la tecnología, sin embargo, no resulta
suficiente contar con las mejores maquinarias e instalaciones, si falta la
motivación, el compromiso y el espíritu de cooperación. Cuando la educacion no
incluye los sentimientos, no pasa de ser una simple instrucción.
La inteligencia emocional, parte de la convicción de la que la
escuela debería promover situaciones que posibilitaran el desarrollo de la
sensibilidad y el carácter de los alumnos. Si pretendemos que los niños tengan
éxito en la vida, debemos iniciar lo mas tempranamente posible los procesos de
enseñanza-aprendizaje socioemocional, para que los resultados sean mayores y
mas sólidos, y no poner únicamente el énfasis en contenidos técnicos. Si bien,
las habilidades de inteligencia emocional (el desarrollo del pensamiento, del
sentido positivo de la vida, el respecto etc.) van a permitir a los alumnos no
solo a sobrevivir sino hacerlo con éxito.
Con la nueva visión de escuela inclusiva, los modelos que
categorizaban a los alumnos por su nivel de inteligencia entran en crisis. Ya
no se identifica al niño inteligente únicamente como aquel que obtiene
puntuación elevada en las pruebas de inteligencia, por dos razones:
La inteligencia académica no es suficiente para alcanzar el éxito
profesional. Las personas mas destacadas en su carrera profesional no son
necesariamente los mas inteligentes, del mismo modo, los niños que destacan en
las clases por su rendimiento académico no son siempre los que obtienen los
mayores éxitos. Solo aquellos que supieron sus emociones y como gobernarlas de
forma apropiada para que colaboraran con su inteligencia, son los que
cultivaron las relaciones humanas y conocieron los mecanismos que motivan y
promueven a las personas. En definitiva, son aquellos que se interesaron mas
por las personas que por las cosas y que entendieron que la mayor riqueza que
poseemos es el capital humano.
La inteligencia no garantiza el éxito en nuestra vida cotidiana.
El Cl (coeficiente intelectual) de las personas no contribuye a nuestro
equilibrio emocional, ni a nuestra salud mental. Son otras habilidades
emocionales y sociales las responsables de nuestra estabilidad emocional y
mental, así como de nuestro ajuste social y relacional.
Si exploramos las capacidades, los puntos fuertes de los
estudiantes y buscamos la inteligencia mas desarrollada, podremos mejorar
nuestros planes y rutinas diarias y de esta forma el estudiante aprende mejor,
con más efectividad y motivación, debido a que sentirá que la educacion
impartida por el maestro, se acomoda a sus necesidades, preferencias y gustos.
El rendimiento escolar del estudiante depende del mas fundamental de todos los
conocimientos: aprender a aprender. Ello conlleva la reeducación de una serie
de objetivos fundamentales a trabajar en nuestra escuela:
Confianza. La sensación de controlar y dominar el propio cuerpo,
la propia conducta y el propio mundo. Confianza en las posibilidades de éxito y
creencia en que los adultos pueden ayudarle a las tareas.
Curiosidad. La sensación de que el hecho de descubrir algo positivo
y placentero.
Intencionalidad. El deseo y la capacidad de logar algo y de actuar
en consecuencia. Esta habilidad esta ligada a la sensación y la capacidad de
sentirse competente, de ser eficaz.
Autocontrol. La capacidad de modular y controlar las propias
acciones en una forma apropiada a su edad; la sensación de control interno.
Relación. La capacidad de relacionarse con los demás, una
capacidad que se basa en el hecho de comprenderles y ser comprendido.
Capacidad de comunicar. El deseo y la capacidad de intercambiar
verbalmente ideas, sentimientos y conceptos con los demás. Esta capacidad exige
la confianza en los demás (incluyendo a los adultos) y el placer de
relacionarse con ellos.
Cooperación. La capacidad de armonizar las propias necesidades con
las demás en las actividades grupales.
En definitiva, el termino inteligencia emocional, se refiere a la
capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de
motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras
relaciones. Describe aptitudes modo, personas de gran preparación intelectual,
pero faltas de inteligencia emocional, terminan trabajando a las ordenes de
personas que tienen un CI menos, pero mayor inteligencia emocional.
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