viernes, 30 de abril de 2021

FACTORES O CIRCUNSTANCIAS QUE INFLUYEN EN EL CRECIMIENTO PERSONAL Y PROFESIONAL

 

Por:

Awilda Santos Muñoz 

Ana Iris Escolástico De La Cruz

Tomando como punto de inicio la conceptualización de la carrera y de la determinación habitual de factores vinculados al desarrollo, ofrecemos un vistazo por algunas dimensiones de índole interna, que juegan un papel indispensable en este proceso. Estas son: el autoconcepto, los valores y las expectativas. Las cuales tienen un rol imprescindible en el perfeccionamiento de la identidad. En correspondencia con dichas dimensiones, en este artículo se aporta una pequeña explicación incluyendo en qué consisten y cuál es su trascendencia para el desarrollo.

Todos sabemos que una de las decisiones más importantes de la existencia es el decidirse por una carrera universitaria, y esto conlleva a factores importantes que pueden influir y que debes de estar consciente de que pueden ayudarte, de forma positiva o negativa, a elegir tu profesión. Existen dos grandes factores para la elección de esta:

Factores internos, que se refieren a características personales, aquí se incluyen las elecciones vocacionales; esto va a la par con tu personalidad, intereses, habilidades, igualmente con las aptitudes que posees para desempeñarte. Este es de importancia trascendental, ya que es un autoexamen, y de este modo puedes darte cuenta para qué eres bueno.

Factores externos, son los que te influyen en tu entorno de desarrollo; tales como: sociales, económicos, familia, cultura y mitos. La familia En esta etapa, posiblemente todavía eres joven y te encontrarás en proceso de alineación. Tu familia tiene un rol imprescindible en esta transformación, al mismo tiempo de ser tu núcleo más contiguo, por las experiencias adquiridas, ellos te pueden orientar en esta evolución, y las expectativas de tus padres pueden ser un ente determinante. Contar con este sostén es esencial para la reafirmación de tu elección, pero no debe ser influenciada de modo infundada por los deseos que ellos quieran imponer. Es significativo que recuerdes que toda persona tiene habilidades y gustos diferentes, inclusive de sus propios padres o hermanos.

Comprender cómo se conforma la identidad profesional implica dominar la alineación de la identidad individual y la identidad social, evitar su abordaje llevaría a prestar atención de forma parcial al profesional cuyo afianzamiento como tal depende de los distintos entornos en los que se desenvuelve, desempeñando los distintos papeles que hacen viable la existencia e interacción del sujeto con los demás.

La identidad profesional es el acumulado de atributos que permiten al sujeto reconocerse a sí mismo como ser que pertenece a una comunidad profesional. Ejecutar actividades y tareas en un entorno laboral, otorgan al sujeto reconocimiento benéfico que lo distingue de otros profesionales. La identidad propia se adquiere a partir los primeros años de vida, o de la identidad social adquirida de la correspondencia con los otros, la identidad profesional se desarrolla hasta que el sujeto entra en contacto con los establecimientos de educación superior y se relaciona con los personajes reconocidos intrínsecamente del campo profesional.

Goñi Palacios (2009), por su parte, hace una distinción entre los términos autoconcepto y autoestima, considerándolos como dos caras de una misma moneda, necesarias para el diagnóstico en orientación personal y profesional.

“El autoconcepto es la dimensión descriptiva y hace referencia a la idea que cada persona tiene de sí misma, mientras que la autoestima es la dimensión valorativa y alude al aprecio (estima, amor) que cada cual siente por sí mismo (p. 35)”.

El autoconcepto tendrá una particularidad más positiva o negativa en función de las experiencias vitales que hayan acompañado al sujeto (y lo estén haciendo en el presente), así como por la manera en que esta haya aprendido a apreciar y manifestar a las mismas. En la disposición en que es algo aprendido, tampoco es inmóvil. Puede cambiar si la persona pone en práctica nuevas competencias y habilidades para el desarrollo personal y profesional, competencias para el cambio.

La resiliencia es vista como factor de desarrollo, necesario para el cambio de enfoque en orientación. Forés y Grané (2012, p. 10) definen la resiliencia como «la habilidad de saber construirse, en cada ocasión, un entorno afectivamente seguro desde el que explorar el mundo». Concretamente, la resiliencia hace referencia a la capacidad de la persona para valorar adecuada y positivamente las experiencias, y dar respuesta a las adversidades desde un esquema más positivo, más optimista, y, sobre todo, generativo de nuevas posibilidades de desarrollo.

La escapatoria de la zona de confort lleva a las personas a trabajar nuevas características que, en la generalidad de los casos, repercutirán de manera positiva. Las empresas que apuestan a este género de recursos humanos entienden y demandan que su personal adquiera un nivel de compromiso. Y estar comprometido con su causa no significa simplemente ingresar y salir de la misma ordinariamente, según lo estipule el horario. Siempre y cuando se valore el recurso humano, la dedicación que las empresas sostienen en su día a día laboral tiene como objetivo que el personal considere a la compañía como propia. Estar involucrado en la causa, y viviendo los aciertos y errores como si se trataran de cuestiones personales, llevarán a fortificar un vínculo que beneficiará ambas partes.

 

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