Por.
Isabel María Vargas
La
familia es un grupo de personas unidas
por el parentesco, es la organización más importante de las que pueda pertenecer el hombre, una unión que se puede
conformar por vínculos sanguíneos o por
un vínculo constituido y reconocido legal y socialmente, como es el matrimonio
y la adopción. La familia tiene proyectos
de vida en común, en los que se incluyen
sus hijos, cuando se tienen.
No
importa si la familia es tradicional, monoparental o ensamblada, lo que si
importa es la salud espiritual, física y social que debe tener la misma.
En
éstos tiempos difíciles por los que está
atravesando la sociedad debemos cultivar
la vida saludable en nuestras familias, dentro de la vida saludable está el amor a la propia familia, el amor a Dios,
el amor a las buenas costumbres, el amor al cuidado y protección del medio
ambiente, el amor al desarrollo cultural, el respeto, la confianza, la verdad y
la paz entre todos los miembros.
Los
padres debemos dedicar tiempo de calidad a nuestros hijos y éste tiempo de calidad tiene que ver
con realizar actividades recreativas, visitar las escuelas donde estudian
nuestros hijos, revisar las tareas escolares, sentarnos juntos en los horarios de los alimentos,
eliminando el uso de los teléfonos celulares y cualquier distracción que nos
impida estar en plenitud familiar.
Para
tener familias saludables en éstos tiempo de vicisitudes se hace necesario alejarnos
un poco de la tecnología, poner reglas y acatar normas que nos permitan la
armonía hogareña, practicar la escucha activa la cual, donde pongamos los
sentimientos y el corazón cuando cada miembro de la familia exprese algo.
Tenemos
que colocarnos en el tiempo de los jóvenes, acompañarlos a escuchar la música
que les gusta, ver la moda que los atrae, mirar con ellos las series y
programas televisivos que les gusta, para luego hacer una reflexión de lo
negativo y lo positivo.
Nosotros
como mayores prohibimos a los hijos, sin explicarles las consecuencias
negativas que esto les pueden traer para su salud física y espiritual. En estos
tiempo se hace necesario corregir con amor e inteligencia, se nos olvida que
fuimos adolescentes y que los hijos tienen gustos e ideas diferentes a las
nuestras.
Hago
un llamado a los padres a que conozcan a sus hijos, ¿quiénes son sus amigo?, ¿quiénes
son los padres de sus amigos?, ¿Por qué sus hijos quieren estar con ésos amigos
en específico?, acompañen a sus hijos al
ballet, a la cancha, al cine, a la discoteca, a la iglesia, en fin, hagamos que
nos gusten las cosas que les gustan a nuestros hijos.
Sembremos
hogares donde papá y mamá se muestren amor y respeto ante los hijos, para que
cultivemos familias saludables.
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