jueves, 30 de enero de 2020

Cultivando Familias Saludables en tiempos difíciles


Por. Isabel María Vargas

La familia es un  grupo de personas unidas por el parentesco, es la organización más importante de las  que pueda  pertenecer el hombre, una unión que se puede conformar por vínculos sanguíneos  o por un vínculo constituido y reconocido legal y socialmente, como es el matrimonio y la adopción. La familia  tiene proyectos de vida en común, en los que se incluyen  sus hijos, cuando se tienen.

No importa si la familia es tradicional, monoparental o ensamblada, lo que si importa es la salud espiritual, física y social que debe tener la misma.

En éstos tiempos difíciles por  los que está atravesando la sociedad debemos  cultivar la vida saludable en nuestras familias, dentro de la vida saludable está  el amor a la propia familia, el amor a Dios, el amor a las buenas costumbres, el amor al cuidado y protección del medio ambiente, el amor al desarrollo cultural, el respeto, la confianza, la verdad y la paz entre todos los miembros.

Los padres debemos  dedicar  tiempo de calidad a nuestros  hijos y éste tiempo de calidad tiene que ver con realizar actividades recreativas, visitar las escuelas donde estudian nuestros hijos, revisar las tareas escolares, sentarnos  juntos en los horarios de los alimentos, eliminando el uso de los teléfonos celulares y cualquier distracción que nos impida estar en plenitud familiar.

Para tener familias saludables en éstos tiempo de vicisitudes se hace necesario alejarnos un poco de la tecnología, poner reglas y acatar normas que nos permitan la armonía hogareña, practicar la escucha activa la cual, donde pongamos los sentimientos y el corazón cuando cada miembro de la familia exprese algo.

Tenemos que colocarnos en el tiempo de los jóvenes, acompañarlos a escuchar la música que les gusta, ver la moda que los atrae, mirar con ellos las series y programas televisivos que les gusta, para luego hacer una reflexión de lo negativo y lo positivo.

Nosotros como mayores prohibimos a los hijos, sin explicarles las consecuencias negativas que esto les pueden traer para su salud física y espiritual. En estos tiempo se hace necesario corregir con amor e inteligencia, se nos olvida que fuimos adolescentes y que los hijos tienen gustos e ideas diferentes a las nuestras.
Hago un llamado a los padres a que conozcan a sus hijos, ¿quiénes son sus amigo?, ¿quiénes son los padres de sus amigos?, ¿Por qué sus hijos quieren estar con ésos amigos  en específico?, acompañen a sus hijos al ballet, a la cancha, al cine, a la discoteca, a la iglesia, en fin, hagamos que nos gusten las cosas que les gustan a nuestros hijos.
Sembremos hogares donde papá y mamá se muestren amor y respeto ante los hijos, para que cultivemos familias saludables.

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