por:
Yasiris Morales Ventura
La familia es un vínculo espiritual que nadie
debería romper. En la actualidad es un mal muy latente, puesto que, los
miembros de la familia están cada uno por su lado lo cual afecta la comunicación,
la empatía entre los miembros. Existen conflictos donde los hijos, dejan de
tener contacto con sus padres, hermanos que se distancian, familia que se
dividen y cuando permitimos estos conflictos se acumulan dolor, frustración e
infelicidad.
El distanciamiento responde a una de las
realidades más dolorosas que el ser humano pueda experimentar, pero el
sufrimiento no solo llega por la razón del distanciamiento de algún miembro de
la familia, sino por la razón misma que allá desencadenado este malestar.
En nuestra sociedad proyecta un juicio muy
severo hacia quien en momento dado elige marcar distancia sobre la familia
juzgando la acción sin saber cuál fue la razón o afección la cual atravesó esa
persona para tomar esa decisión. Cuando en las familias ocurre un
distanciamiento emocional o físico casi nunca suelen hablar del tema y por esa razón
en muchas ocasiones no se le presta ayuda, obviamente por desconocimiento de la
situación muchas veces no se supera este mal.
Los padres que pierden contacto con sus hijos adultos sufren, pero
cuando los hijos tienen hijos y también pierden contacto con sus nietos,
entonces, sufren el doble y el dolor
a veces, puede incluso, pasar a trastornos emocionales severos.
Cuando hablamos de distanciamiento
emocional podemos ver algunas causa como son: Abuso emocional, diferentes expectativas sobre los
roles familiares, enfrentamientos por culpa de las diferencias personales o sistema de
valores, Negligencia, o evento traumático en la familia.
Tener este tipo de
relaciones puede ser muy doloroso y además, rompe familias enteras. En
ocasiones es el orgullo quien se interpone en las relaciones y es necesario
trabajar las emociones más incómodas para poder acercarse de
nuevo y poder limar así, las posibles asperezas emocionales.
En este mismo orden, podemos resaltar que puede
darse la situación que algunos miembros de la familia se distancien de una sola
persona de la familia por la razón de que esa persona es toxica o conflictiva y
puede que ame muchísimo a esa persona pero a la vez no puedes cargar con el
equipaje emocional de frustración y conflictos, es necesario luchar por un
espacio de paz y armonía.
Es necesario aprender a ser asertivo con los
miembros de su familia y no recurrir a la violencia, lograr poner limites sin
maltratar y ofender a un miembro. Para lograr la estabilidad que tanto anhela, lo primero es
no negociar con su dignidad, usted debe ser quien pone las condiciones de
respeto y cordialidad, para que la relación que usted tanto desea fluya.
Después de entrar en este intercambio de afectos y deseos, debe hacer un primer
trato con usted mismo, en el que su bienestar emocional y su tranquilidad
primen por encima de todo.
Una vez haya establecido estas reglas con usted mismo y después con ese
miembro de su familia con quien desea llegar a una relación armónica, es
necesario iniciar un diálogo pausado y amoroso. Primero exprese lo que usted
piensa, después ese pensamiento bájelo a su corazón, para decirle lo que usted
siente y por último exprese claramente lo que usted necesita. Recuerde que no
es una exigencia, es una petición, esto denota un asertivo lenguaje no
violento.
Si ha tenido situaciones de conflicto anteriormente a este acercamiento,
le aconsejo iniciar el diálogo en una posición de apertura emocional y
humildad, por medio del cual usted le dice a la persona que si en algún momento
del pasado, sus palabras o sus acciones no fueron las que esa persona esperaba,
o si le causaron heridas que aún están activas, usted se excusa por esos hechos
y pide perdón.
Cuando presentamos una actitud de arrogancia construimos muros los
cuales no permiten que la comunicación fluya, pedir perdón y de las acciones
que usted cree que no hieren y daña. Nunca es tarde para remediar algunos
sentimientos de culpabilidad, solo toma la decisión. Como nos habla en la biblia
Amarás a tu prójimo como a ti mismo, Mateo 22-39, ¡Dios te bendiga!
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