Por: Bárbara Vargas
Los gemelos son muy parecidos, muchas veces son idénticos,
pero no son iguales. Son personas diferentes, cada una con su propia personalidad
gustos y anhelos, habilidades y formas de ser. Es fundamental que sus padres y el resto de su
entorno tengan presente en todo momento que debe respetar la singularidad de
cada niño. Es de suma importancia llamar
a cada uno por su nombre, respetar sus gustos, permitir que tengan sus propios
espacios y reconocer sus méritos individuales.
Los gemelos tienen la posibilidad de afrontar juntos
situaciones de angustias en la infancia
ya que se tiene el uno al otro y nunca están solos, en ocasiones sienten cuando el hermano está en peligro, estos dos
seres están tan compenetrados que cuando enferma uno también se enferma el otro
Una de las mayores dificultades durante la crianza de
hermanos gemelos, tal como lo expresan muchos padres y madres que pasan o han
pasado por esa situación, reside en respetar la individualidad de cada hijo. Y
no porque sean muy parecidos, ya que los progenitores pronto los identifican y
reconocen. En su caso es porque, a menudo, las dificultades de la crianza les
llevan a ver a los pequeños como un “conjunto” o un “equipo, pero se debe recordar
en todo momento que son dos personas distintas, llamar a cada uno por su nombre.
Los padres tienen por costumbres vestir los gemelos del
mismo color y las modas idénticas, esto para los padres es algo práctico porque
le evita el estrés de las compras, pero esta situación puede afectar la
identificación de ellos como ente individual.
Por eso se debe propiciar la diferenciación y respetar los
gustos de cada pequeño, y no solo en relación con la ropa. También cuando se
piensa en regalos, actividades extraescolares y cualquier otro asunto vinculado
con los pareceres individuales.
Reconocer los méritos individuales, es decir, valorar en
cada momento las virtudes y reconocer los esfuerzos de cada uno, y no como si
fueran un conjunto es esencial en la crianza de gemelos. De todos modos, hay que tener cuidado de que
este esfuerzo por diferenciarlos no lleve a otra clase de encasillamientos, como
señalar que uno es el “cariñoso” y el otro el “seco”, que uno es el “de papá” y
el otro el “de mamá”, etc. Tales categorizaciones son negativas para los niños,
ya que limitan su libertad.
Tener hijos gemelos no quiere decir que piensan y actúan de
manera igual, son seres que físicamente son idénticos pero tienen una posición
distinta ante el mundo que los rodea.
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