La familia monoparental es un modelo cada vez más frecuente en
nuestro entorno, que está tomando relevancia no sólo por el aumento
significativo de su número, sino también por la problemática social que
acarrea.
Entendemos por familia monoparental toda agrupación familiar
de hijos dependientes económicamente de uno solo de sus progenitores con el
cual conviven, y que es a la vez el que ostenta, sea de hecho o de derecho, la
custodia sobre los mismos.
Como todas las clases de familia, esta tiene sus propias
particularidades que la diferencian de otros arquetipos, como, por ejemplo, el
nuclear. Entre ellas, destaca el hecho de que muchos hijos antes de conformarse
han tenido que vivir una situación de conflicto creada y sostenida por sus
progenitores. Pero existen muchas otras diferencias que delatan el proceso de
adaptación que han tenido que realizar en las últimas décadas para integrarse
completamente en la sociedad (y que la sociedad también ha tenido que hacer,
con más o menos resistencias, para acogerlas).
PROBLEMATICA
DE LAS FAMILIAS MONOPARENTALES
Uno de las principales dificultades que afrontan este tipo de
agrupaciones es la exposición de los niños menores al conflicto entre los
padres. En los centros educativos nosotros como orientadores y psicólogos somos
testigos directos de cómo los problemas que surgen en la pareja impactan
directamente sobre los hijos. Un impacto que en muchos casos deja una huella
profunda y repercute directamente en su conducta, en su rendimiento académico,
y en la interacción con los demás lo cual hace eco más allá de la infancia. A
todo ello, en ocasiones hay que sumarle un rechazo que los pequeños hayan
podido sufrir por no pertenecer a una familia tradicional.
La problemática de las familias monoparentales es muy amplia y
repercute en muchos ámbitos de la vida cotidiana. La situación de estas
familias en algunos caso no es igual, pero el hecho de que estén encabezadas
por sólo uno de los progenitores (generalmente la mujer) supone una
problemática común, aunque en cada caso puede estar más o menos agravada según
las circunstancias de cada cual.
En relación a este punto quiero hacer énfasis, en una de las problemáticas que más ha estado afectando a nuestros niños y
jóvenes, por las diversas situaciones propias que se generan en este tipo de
familias. En la mayoría de los casos por el simple hecho de haber solo una de
las dos figuras ya sea materna o paterna en el hogar.
Muchas veces se pierden se los roles en la familias, algunos
hijos asumen el rol de la persona ausente ya sea por voluntad propia o porque
el progenitor que esté le delegue la función, a esto se le suma mayor
responsabilidad en la parte económica lo cual conlleva a que el padre o madre
se ausenten por más tiempo de los hogares y la crianza y educación de los hijos
se ve bombardeada y lacerada por la influencia negativa que tienen los medios
masivos.
Cabe destacar que todo esto ocasiona algunas dificultades en
el aspecto del desarrollo psicosocial, emocional, académico y conductual de
muchos niños y jóvenes, lamentablemente
según algunas estadísticas señalan que la mayoría de los jóvenes que se
dedican a las drogas y a la delincuencia provienen de este tipo de familias, lo
cual trae como consecuencia la descomposición social que se vive en la
actualidad.
A modo de conclusión puedo decir que el ambiente familiar,
independientemente del tipo de familia que sea, tiene unas funciones educativas
y afectivas muy importantes, ya que partimos de la base de que los padres
tienen una gran influencia en el comportamiento de sus hijos y que este
comportamiento es aprendido en el seno de la familia, la misma, donde los niños
deben aprender los principios, valores, el desarrollo de su autonomía y una
buena salud emocional, los que les servirán de base para guiar su futuro
comportamiento y les permitirá escoger entre el bien y el mal y ser personas útiles en la sociedad una vez
que crezcan.
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