Por: Sarah Milka Sosa
La familia es la base
de una sociedad formada por cada uno de sus integrantes que funcionan de forma
productiva en diferentes ámbitos, ya sean educativos, económicos, afectivos y
reproductivos.
Según la real academia
española es definida la familia como un grupo de personas emparentadas entre si
que viven juntas.
Es decir, es un grupo
de personas que desempeñan roles específicos y proceden de acuerdo a normas y
valores que fueron acordados.
La familia es el
espacio para la procreación, donde aprendemos a desarrollarnos, a comunicarnos,
darnos afectos y fortalecernos las relaciones personales.
Es en el ceno de ella
en donde resolvemos necesidades sin importar la edad, se preservan los valores
que fueron inculcados por los padres y continúan de una generación a otra, se
determina la forma como sus miembros se relacionan con otros grupos al que
pertenece.
Es de gran importancia
que prevalezca la unión, las formas y conductas que se forjan en el hogar, no
dejando que interfieran en la función de educar sin que se desvié la intensión
clara de desarrollo educativo, que en distintas ocasiones se ve influenciada y
bombardeada por los medios de comunicación.
No dejando de lado la
fuerza que poseen hoy en día los medios de comunicación, así como los
diferentes grupos que surgen en las sociedades.
El rol de la familia y
la escuela debe ir de la mano para poder vencer las dificultades que se
presentan en el día a día.
¨La familia debe
enfrentar el desafío de cambios, tanto internos como externos y al mismo tiempo
mantener su continuidad y debe apoyar y estimular el crecimiento de sus
miembros mientras se adopta una sociedad de transición¨ (Minuchin, Salvador
1974).
Los padres están
llamados, no solo a cubrir las necesidades básicas en la familia, sino a asumir
el compromiso y actitud, necesidades de afecto cognitivos y sociales de los
niños, ya que es vital para el desarrollo de cada uno de ellos.
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