Por. Elisabet Mariel De Los Santos H.
Es importante recordar que
la terapia familiar consiste
en un procedimiento en el que participan distintos miembros del grupo familiar
que tienen dificultades o problemas de diversa índole y que precisan de una
reorganización o de un cambio en el modo en el cual interactúan y se coordinan.
Considero, además, que es un
espacio donde los miembros de una familia expresan su sentir, al momento que
piden ayuda para mejorar su situación.
Entendiendo que el
psicoterapeuta y/o profesionales de la conducta son los encargados de guiarlos
directa e indirectamente a comprender y superar las dificultades que presentan,
tanto en actividades realizadas en sesión como en “tareas o asignaciones” para
que realicen en un tiempo determinado y que son revisadas en diferentes
posteriormente.
Cabe destacar que el procedimiento terapéutico familiar se caracteriza por una exploración rigurosa y la comprensión de lo que los distintos miembros de la familia están presentando algún tipo de problema y/o conflicto, que por lo general tiende a ser discrepante entre las diferentes personas que asisten a terapia.
Por tal razón es esencial
construir conjuntamente un motivo de consulta que les haga sentido a todos los
miembros de la familia y dar respuesta a la situación presentada.
Un aspecto importante de la terapia familiar es la
entrevista inicial, donde se da el primer paso y se evidencia la asistencia de
la familia a consulta. En este momento se empieza a generar una empatía y
confianza entre el profesional y los miembros de la familia. He aquí donde las
familias se cuestionan si realmente vale la pena y si es necesario ir consultas
de psicoterapia familiar.
Cada
vez son más las personas que asisten a terapia familiar con el objetivo de
perseguir y restablecer el equilibrio de la familia, mejorar la comunicación,
la convivencia y resolver enfrentamientos familiares que generan tensión. Se
recomienda acudir a terapia de familia cuando existen conflictos en el hogar y
no se sabe cómo resolverlos. Es recomendable que si tu familia está pasando por
un momento difícil, bien sea por estrés, ira, infidelidad, duelo, problemas con
tu pareja o con tus hijos, dificultades financieras, si enfrentan a una
situación de abuso de sustancias, enfermedad, etc.… acudan a terapia familiar,
ya que esta forma se les puede ayudar a que logren tener una mejor comunicación,
y aborden los conflictos y enfrentamientos de una forma más saludable, y sin
generar tanta tensión.
Los conflictos suelen
afectar a las personas que conviven en un mismo hogar. Las acciones,
conductas y comportamientos de un miembro de la familia, influyen y condicionan
a todos los demás. Sin embargo, la terapia de familia no persigue encontrar
culpables, sino que trata de implicar a todos los familiares, enseñándoles a
modelar patrones conductuales o de
comunicación, para implementar cambios positivos en el funcionamiento familiar
que permitan encontrar una mejor forma de relacionarse entre sí, por medio de
una sana convivencia.
Es
importante tener en cuenta que el proceso terapéutico dependerá de la
orientación del terapeuta y de lo que estime oportuno en cada caso. Pero lo
habitual es que primero haya una sesión con la familia completa, en
la que se expondrá el problema y el objetivo a conseguir. De esta manera
también se observa cómo es la interacción familiar. Posteriormente se
entrevistará a cada miembro de la familia por separado, para conocer cómo vive
la situación cada uno, y podremos conocer cosas que no han salido en la sesión
conjunta, a partir de ese momento se trabajará según el plan para conseguir los
objetivos terapéuticos.
Se
debe de tener en cuenta que muchas veces la terapia familiar no va a
eliminar todos los problemas, pero significativamente aporta a los miembros de
la familia estrategias y habilidades para superar las dificultades juntas
y de forma saludable.
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