Por: Licaira Yudelka Gloss Ramirez
Y Alexis Reyes Romero
“No cabe duda de que a lo largo del año pasado y
previsiblemente gran parte de este, muchas instituciones y sus colaboradores
han tenido múltiples oportunidades de poner en práctica esta capacidad”. En un
mundo tan cambiante como el de hoy, ser resiliente nos ayuda a enfrentarnos a
los problemas de la vida, a las situaciones adversas que nos podemos ir
encontrando.
La resiliencia es, sin duda, un nombre peculiar, pero si bien hasta
ahora no ha sido muy conocido, no se trata de un término nuevo, pues viene
utilizándose desde los años setenta en psicología. Su significado es la
capacidad de salir fortalecido de la adversidad y de convertirla en el camino a
la excelencia, forjar un comportamiento vital positivo pese a las
circunstancias difíciles.
La persona que practica la resiliencia acepta la realidad y evita el
autoengaño, construye el significado en la adversidad, descubre el sentido a lo que le pasa, crea
puentes desde un presente difícil a un futuro de excelencia. Actúa
creativamente sin detenerse por el obstáculo, desarrolla el mejor trabajo
posible en las condiciones que el presente impone. Se pregunta qué hará cuando
salga de esto, comprende las razones de lo que le pasó y toma contacto con
gente que apoya su autoestima.
Educar en la resiliencia.
La escuela se considera un medio idóneo para promover la resiliencia
porque en ella interaccionan el ambiente individual, el familiar y el
comunitario.
Un niño con buena autoestima se transformará en un adulto con buena
capacidad de resiliencia, por lo que estará preparado para superar los
obstáculos que encuentre a lo largo de su vida.
Desde la escuela se puede trabajar el fortalecimiento de las cualidades
individuales y sociales de los alumnos, reforzando así este factor de
protección y consiguiendo realizar un trabajo de prevención ante las posibles
situaciones traumáticas que los alumnos puedan vivir (Mateu, Gil, García,
2010).
Pero, desgraciadamente, los contenidos emocionales y el desarrollo de la
resiliencia no ocupan un lugar prioritario en el sistema educativo actual, ya
que como explican Bach y Darder (2002), “la educación tradicional siempre ha
primado el conocimiento por encima de las emociones”.
Esta realidad se debe a que lamentablemente, en la escuela actual se da
una importancia mucho mayor a los contenidos específicos de las asignaturas que
a otros aspectos que también deben formar parte de la formación de los
adolescentes, como son el desarrollo de la inteligencia emocional, de las
habilidades individuales y sociales.
El papel
de los docentes.
Si hablamos de resiliencia y en concreto en el contexto educativo, hay
que destacar que el papel de los docentes es fundamental.
Los maestros y profesores tienen que atender a las necesidades
planteadas por el alumnado, entre ellas la demanda de una formación de tipo
emocional que les permita hacer frente a las situaciones adversas con los
recursos necesarios. Para ello tienen que desarrollar una serie de cualidades y
habilidades. Mateu, Gil y García (2013) señalan las siguientes características
del profesor resiliente:
Ø El profesor resiliente transforma las
adversidades en desafíos tanto las propias como la de los alumnos.
Ø Es fuente de apoyo emocional con sus alumnos.
Ø Es guía y modelo para imitar.
Ø Es optimista. Utiliza la escucha activa (en
especial es muy importante a realizar ante personas que están atravesando
situaciones adversas y / o traumáticas).
Ø Escucha las propuestas de sus alumnos y las
incentiva.
Por último, cabe mencionar que la resiliencia se adapta a las personas frente a todas estas
trabas, compensando lo negativo que nos pueda ocurrir con
una actitud positiva y optimista que nos ayude a sobrellevarlo. Desarrollar
este rasgo de la personalidad nos lleva a tener más entereza y
sobreponernos a los percances que nos trae la vida. Se impulsará el trabajo de
contenidos emocionales en las clases, guiando al alumnado hacia el
autoconocimiento de debilidades y fortalezas.
Referencias bibliográficas:
Moisés Estévez, P. L. I. (22 de 01 de 2019). Lainformacion.com/opinión.
Obtenido de https://www.lainformacion.com.do/opinion/resiliencia-13527
Simarro Flor, M. (2016). Proyecto de fomento
de la resiliencia en alumnos de secundaria. Una propuesta integrada en clase de
lengua castellana (Trabajo de Fin de Máster) Universitat Jaume I, de Castellón. http://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/165392/TFM_2015_Simarro%20FlorM.pdf?sequence=1&isAllowed=y
1 comentario:
Me encanto este articulo por que es lo que estamos viviendo hoy en día.
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