Por; Wendy Mejia
Con
frecuencia escucho a niños con los que trabajo decir “mi familia no me quiere”,
“yo no tengo familia”. Estas expresiones se deben a que los padres por diversas
razones, no están dedicando el tiempo que los niños necesitan.
Entendemos
que el ritmo acelerado en que estamos viviendo ha ido creando un vacío en los
hogares. Los padres se ausentan física y emocionalmente en actividades que
deben ser rutina en una sana convivencia familiar donde todos se sientan
valorados y queridos.
Consideramos
que en la familia hay que promover valores que favorezcan la integración
familiar, concientizando a los padres sobre establecer vínculos afectivos con
sus hijos, dedicar tiempo de calidad, hacer presencia en la vida de sus niños
para establecer un clima de confianza, comprensión, respeto y amor.
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