Por : Mayi Lenny Pérez Sosa.
La
prioridad de Dios desde la
creación del hombre ha sido la familia. Reconociendo que es en la misma donde el ser humano
recibe formación en valores, los cuales son alcanzables y necesarios para
lograr un modo de vida equilibrada, que mas adelante será nuestro punto de
partida en todo lo que hagamos, a nivel
personal, profesional y social. El valor nace y se desarrolla cuando cada uno de sus
miembros asume con responsabilidad el papel que le ha tocado desempeñar en la
familia,
procurando el bienestar, desarrollo y felicidad de todos los demás. Para que esto
se logre es preciso establecer roles y funciones claves, que nos lleven a
ejercer y cumplir con responsabilidad
cada compromiso adquirido.
El valor de la familia no se basa en lo que
podamos suplir materialmente, hoy en día vivimos en una sociedad consumista de
eso no existe la menor duda, podemos llegar a suplir a nuestros hijos/as de lujos a tal punto que nos olvidamos del
verdadero valor de la familia. El verdadero valor de la familia no es
satisfacer las necesidades de un par de
zapatos, la última moda en jeans, celular,
juguetes o la celebración de un
cumpleaños. El valor de la familia es más que suplir estos detalles reconociendo que son necesarios para
el desarrollo personal, se basa en la
presencia física, mental y espiritual de las personas en el
hogar, se fortalece con disponibilidad
para escucharnos los unos a los otros.
La familia en si tiene un valor incalculable y
el hecho de haber nacido en una, no importando las características, nos hace
ver su importancia y nos ayuda a tener
en cuenta que tanto valor le daré a la familia que pretendo formar.
La vida familiar sigue teniendo una importancia fundamental, es algo que nos identifica y nos marca hacia un futuro. La familia
como núcleo fundamental de la sociedad es de urgencia reflexionar sobre la trascendencia y el
futuro de la familia y su impacto sobre la comunidad.
Es de considerar que la familia debe ser basada
en amor, respeto, responsabilidad y comunicación.
La solución eficaz es que cada ser humano priorice en establecer en sus familias las enseñanzas cristianas, con autenticidad. El sentido cristiano de la vida hará que siempre prevalezcan los valores de la paz, esperanza, unidad, fe y de manera esencial el amor.
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