por: María Altagracia
Paulino y
Liliana de la Rosa Mora.
Se dijo luego Dios;
no es bueno que el hombre este solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada, dejó
caer un sueño profundo en el hombre, que se durmió. Le quito una de las
costillas y rellenó el vacío con carne. De la costilla formó una mujer. Tuvo
relaciones el hombre con su mujer, que concibió y dio a luz un hijo y dijo el
hombre; he adquirido un varón con el favor de Dios. Esta fue la primera familia
desde la creación del mundo.
Una de las maravillas
inspiradas por Dios fue la procreación, hecho este que solo
ocurre entre el hombre y la mujer. Hoy en día es la familia donde nos
desarrollamos, tanto física, intelectual como espiritualmente. La familia es importante en la iglesia, pero es vigilada por el
demonio para envolverla y tenerla en sus manos, pues para que una iglesia sea
saludable debe tener familias saludables y abiertas.
El lazo fuerte en una
familia es el amor entre sus miembros y más fortalecida cuando tiene a Dios
como centro de ella. Al llegar los momentos difíciles: opiniones encontradas,
incomprensión, enfermedad, carencias de bienes , desobediencia, drogas,
pandillas, permisibilidad, la muerte, divorcio entre los padres, todo esto provoca
una ruptura inminente entre los miembros de la familia. Hay que vivir como la
sagrada familia de Nazaret en humildad, sencillez y alabanza solo a Dios.
Un miembro de la
familia es único, importante, necesario y con especiales virtudes y dones, por
lo que ese dicho en nuestro argor popular: Los dedos de las manos no son
iguales pero se necesitan unos a otros¨. Decir que la familia desde su existencia en la faz de la tierra, es
por ella que nos desvelamos, sufrimos, y soportamos por amor, porque es el
anhelo de que se mantenga la familia unida, superar altas y bajas, saber amar a
sus miembros tal y como son, sin olvidar que de una buena costumbre, educación,
tendremos hombres y mujeres útiles a la sociedad, con valores y sentimientos de
que la familia es formadora, para que sea un modelo de generación en
generación.
Tener un lugar a
donde ir se llama Hogar, tener personas a quien amar se llama Familia, y tener
ambas es una Bendición
Permiso, Gracias y
Perdón, son las palabras claves de la vida en familia.
Papa Francisco.
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