Por: Juana Leonor Matos Quezada
y
Twanlly G. Rosario Tapia
En la actualidad vivimos en una sociedad donde los avances tecnológicos
son cada vez más rápidos, por lo mismo podemos mantener contacto con personas
del otro lado del mundo, con solo encender el teléfono celular o una
computadora, gracias a la tecnología.
A pesar de que estos medios de
comunicación fueron creados con el fin de facilitar la vida de las personas, han traído consigo ciertos problemas;
principalmente en la familia, en donde se han perdido los valores, esa
compenetración humana o comunicación interpersonal.
Los padres y los hijos no establecen contacto físico, cara a cara puesto que la
tecnología es su prioridad y por lo tanto se sumergen en ese mundo cibernético,
en donde todo lo hacen por las redes sociales.
Como consecuencia del uso de los
medios tecnológicos podemos apreciar en
las familias de hoy divorcios, feminicidios, suicidios, violencia
intrafamiliar, la calidad y la cantidad de tiempo que se dedica a la familia ya
no es el mismo. La falta de interacción en los hogares, se puede evidenciar en
los desayunos, los almuerzos y reuniones familiares, en estos espacios que
deberían ser para socializar y compartir con la familia, cada quien se centra
en lo suyo ignorando lo que tenemos en frente, prefieren hablar con amigos, con
personas de otros lugares antes que establecer contacto con la persona que
tienen al lado.
Verdaderamente la tecnología nos
lleva a una posición de cambios que no solo son negativos, también serán
positivos siempre que hagamos un uso correcto de ella,
porque nos prepara para enfrentar los nuevos retos del mundo actual.
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