Por.
Yudelka Andrea De Jesús Espinal
La madre es el principal vínculo afectivo del niño, es ella
el medio idóneo y favorable para desarrollo emocional de su hijo. Este
aprendizaje afectivo inicia desde el embarazo y que continua al nacimiento y
que lo va a acompañar en las diferentes
etapas de su vida ,en el nacimiento con la primera mirada que conquista, el roce,
la caricia y ese calor amoroso de madre a hijo. Es ella la arquitecta por
excelencia en ese ensamblaje armónico de amor que inicia al nacer, esenciales
para su desarrollo socioemocional, lo que le permitirá quererse, relacionarse con los demás, así como también
ser sensible ante las necesidades de otros. En las aulas por ejemplo tenemos
niños atentos a las necesidades del compañero, si lo ve llorar le pregunta el
motivo, si se cae lo ayuda a levantarse, comparte merienda y útiles escolares.
Esto tiene mucho que ver con la crianza, con lo que se vive
el hogar, niños con padres afectivos serán niños capaces de mostrar afecto, de
abrazar con facilidad y permite la muestra de afecto. Niños con padres no
afectivos se le hará difícil relacionarse con sus pares, así como también
mostrar y recibir afecto.
Los sentimientos positivos que logra producir un buen apego en los niños van a ayudar a ser autónomos. No
pasa lo mismo con los niños que no reciban el amor y la atención necesaria a temprana edad. El
abandono de uno o ambos padres a sus
hijos puede ser una de las causas de violencia y agresividad en los niños.
Muchas veces en las aulas tenemos niños llenos de rabia y agresividad, niños
que muerden, pegan, patean, empujan y tiran todo. Como docentes ante estos
casos nos sentimos atadas de manos sin aparente solución.
Por esto es importante la entrevista con la familia, es por
este medio que obtendremos informaciones significativas de nuestros niños y
darnos cuenta de posibles causas de comportamiento.
Los padres tendrán lo mejor para sus hijos, esto me lleva a
recordar ese verso bíblico de Mateo 7:9
¿Qué hombre hay de vosotros que si su hijo le pide pan le dará una
piedra?
Los niños necesitan recibir afecto y aprender a ser afectivo.
Son inmensamente amorosos, capaces de perdonar, abrazar sin necesitar un
motivo, sonreír y decir te quiero, son
niños y eso hacen. Son todo un mundo de amor y afecto incondicional.
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