lunes, 18 de diciembre de 2017

El mundo de mil colores afectivo del niño. Afecto, amor o cariño hacia alguien.

Por.
Yudelka Andrea De Jesús Espinal

La madre es el principal vínculo afectivo del niño, es ella el medio idóneo y favorable para desarrollo emocional de su hijo. Este aprendizaje afectivo inicia desde el embarazo y que continua al nacimiento y que lo va a  acompañar en las diferentes etapas de su vida ,en el nacimiento con la primera mirada que conquista, el roce, la caricia y ese calor amoroso de madre a hijo. Es ella la arquitecta por excelencia en ese ensamblaje armónico de amor que inicia al nacer, esenciales para su desarrollo socioemocional, lo que le permitirá quererse,  relacionarse con los demás, así como también ser sensible ante las necesidades de otros. En las aulas por ejemplo tenemos niños atentos a las necesidades del compañero, si lo ve llorar le pregunta el motivo, si se cae lo ayuda a levantarse, comparte merienda y útiles escolares.
Esto tiene mucho que ver con la crianza, con lo que se vive el hogar, niños con padres afectivos serán niños capaces de mostrar afecto, de abrazar con facilidad y permite la muestra de afecto. Niños con padres no afectivos se le hará difícil relacionarse con sus pares, así como también mostrar y recibir afecto.
Los sentimientos positivos que logra producir un buen apego   en los niños van a ayudar a ser autónomos. No pasa lo mismo con los niños que no reciban el amor y  la atención necesaria a temprana edad. El abandono  de uno o ambos padres a sus hijos puede ser una de las causas de violencia y agresividad en los niños. Muchas veces en las aulas tenemos niños llenos de rabia y agresividad, niños que muerden, pegan, patean, empujan y tiran todo. Como docentes ante estos casos nos sentimos atadas de manos sin aparente solución.
Por esto es importante la entrevista con la familia, es por este medio que obtendremos informaciones significativas de nuestros niños y darnos cuenta de posibles causas de comportamiento.
Los padres tendrán lo mejor para sus hijos, esto me lleva a recordar ese verso bíblico de Mateo 7:9  ¿Qué hombre hay de vosotros que si su hijo le pide pan le dará una piedra?
Los niños necesitan recibir afecto y aprender a ser afectivo. Son inmensamente amorosos, capaces de perdonar, abrazar sin necesitar un motivo, sonreír  y decir te quiero, son niños y eso hacen. Son todo un mundo de amor y afecto incondicional.




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