Por:
Rafaela Tamarez
Luisa Cordero
El miedo es una de las emociones toxicas puesto que
produce daños físicos y psicológicos al ser humano.
Una emoción toxica es
aquella que no podemos digerir y que de una forma u otra termina haciéndote
daño, en general las emociones toxicas son las que llamamos negativas o
desagradables.
El miedo es producido
por múltiples causas como pueden ser: un desengaño amoroso, la pérdida de un
ser querido, al fracaso, el cambio, la desinformación en sentido general, etc.
El miedo desafía tu
equilibrio emocional, llevándote a experimentar de manera recurrente una
ansiedad que en caso de mantenerse, puede derivar en auténtica angustia que
desestabilice tu vida.
El miedo te hace
hipersensible a expectativas negativas, favorece sentimientos de culpabilidad e
infravaloración, se lleva las ganas de disfrutar de la vida, te hace más
proclive a la química psicoactiva.
Es de las emociones
primarias que no se deben cultivar, si lo hacemos este se incrementará,
haciéndolo más fuerte e invencible dependiendo de la óptica con que se mire. El
miedo es la prisión del corazón, independientemente de lo que lo produzca hay
que reconocerlo, enfrentarlo y apoderarte de él de forma que nada pueda
refrenarte en la vida, el miedo es una emoción normal en el ser humano, cuando
aceptamos esa normalidad de sentirlo, se hace más fácil el proceso de
empoderamiento.Tanto así que podemos utilizarlo para nuestro crecimiento en
todos los aspectos de la vida.
Somos los responsables
de bien encausar nuestros miedos para poder convertirlos en fortalezas y
liberarnos de la prisión a la que nos condenan, si no somos lo suficientemente
fuertes para derribar esos barrotes que forman parte del encarcelamiento
emocional, como la inseguridad, el pesimismo, la falta de voluntad, la fobia,
la falta de fe y la falta de amor propio, estos encarcelaran nuestra mente y te impedirán actuar
con propiedad, seguridad y confianza en ti.
El miedo es un
impulsor, un motor que bien utilizado puede conducirnos hacia la meta o hacia
el fracaso, de ahí la importancia de no cultivarlo. Una persona que se deja
abrazar por el temor, la angustia, desesperación, la incertidumbre que produce
el miedo no puede avanzar, superarsedebe ser su fin o más bien su ideal.
Dice, Jhonpaul Jones. Si
se cultiva el miedo este se hace más fuerte, si se cultiva la fe ella alcanzara
el dominio.
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