Por.
Lic. Vianka Peña
Lic. Dhariana Muñoz
Los
roles de la familia no son naturales, son una construcción social, y sobretodo,
particular de cada familia. Estos dependerán de varios aspectos como la
historia familiar, historia transgeneracional, valores culturales, la sociedad
en que viven, la situación y las relaciones presentes en cada familia. Hoy día
la sociedad dominicana se ve afectada dado a que los roles se han invertido:
hijos irrespetuosos ante las reglas del hogar, padres que no las ponen. Toda
esta situación está ocasionando un caos en la familia hasta llevarla a la total
disfuncionalidad.
Esta
problemática no sólo afecta la familia, sino también, la escuela, ya que los
niños llegan al ambiente escolar carentes de valores, con falta de reglas, y
límites difusos, hasta el punto de conductas inadecuadas, por lo que se hace
necesario que la familia de hoy se siente a analizar cómo están educando sus
hijos, para que se instaure un equilibrio entre el establecimiento de reglas y
roles claros en el hogar.
Es
un gran reto para las familias de hoy criar a sus hijos en una sociedad
acelerada con un ritmo de vida que busca rápidas respuestas y obtener todo
fácil. Los padres llegan Un cansados y agobiados y son los celulares con sus
redes sociales y la televisión, que se encargan de dar contención y atención a
los hijos. Bien es cierto, que los chicos de hoy han nacido en una era digital,
pero educar en el adecuado uso de los medios tecnológicos es imperante. Que los
padres puedan ofrecer momentos cada día para mejorar las relaciones y
fortalecer los vínculos, urge. No es sencillo, pero es preciso tener presente
que la niñez y adolescencia son etapas relativamente cortas y son vitales en el
desarrollo de los niños y adolescentes.
Entonces,
¿quién educa la familia? Pues este rol corresponde a la familia, es allí donde
se encuentra el crisol de los valores, la cuna de las relaciones sanas y
funcionales. La escuela, por su parte, enseña conocimientos y trabaja con lo
que trae de casa el alumno. En este tiempo el rol de los padres se ve difuso y
algunas familias sobrecargan a la escuela con roles que no le competen.
Para
un desarrollo integral de nuestros alumnos, la triada
familia-escuela-comunidad, es vital, ya que el trabajo en conjunto de estos
tres elementos ayuda a demarcar los roles, la familia apoya a la escuela y
viceversa, y la comunidad es el ojo visor que acompaña desde dentro y desde
fuera este proceso humano, dinámico y enriquecedor.
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