Por:
Carmen
Teresita Almonte.
Landy Josefina Díaz.
L
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a alegría de tener un bebé es mucho, pero no podemos
omitir el trabajo que conlleva.
Cuando un bebé nace convierte totalmente el día a día de
un hogar, se añaden más responsabilidades y compromisos educar, guiar y
acompañar el desarrollo y crecimiento de ese pequeño adecuadamente no es tarea
fácil y más aún si es tu hija adolescente que te da la noticia de que va a ser
mamá.
Una diversidad de emociones se apoderan de tu ser, entre
ellas: el temor, la preocupación por el rechazo social ante el embarazo, la presión
por el qué dirán, el estancamiento escolar, la angustia, la culpa, etc.
La crisis que causa afecta no solo a la futura mamá sino,
a todos en el hogar.
Una nube de interrogantes domina tu cabeza por ejemplo ¿Por
qué a nosotros? ¿Dios, qué habremos hecho mal? ¿Qué pasará ahora? ¿seguirá
estudiando o tomará la decisión de quedarse hasta ahí o seguir adelante?
Cada miembro de la familia no debe culparse, ni hacer
ningún juicio de valor, lo importante es enfrentar con valentía y adaptarse ante esa situación.
La solidaridad, comprensión, y el apoyo físico y
emocional facilitará la reducción de la angustia familiar.
1 comentario:
Grandioso artículo, es cierto a esa edad cuando llega un miebro de tu familia diciendo que va a a ser madre te alegras, pero cuando es tu hija te alegras por la criatura pero sabes que es cuando más debes ayudar a tu hija para su futuro.
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