Por:
Ángel M. Rivera
Víctor Solano
Desde los orígenes de la vida humana la familia se
ha considerado como la institución más estable a través de toda la historia. Donde
los individuos nacen, se desarrollan, y de igual manera viven, hasta que llega
el momento de que este forme su propia familia.
Cuando hablamos de la buena formación en el núcleo
familiar del hombre del siglo XXI, podemos citar que la conformación de su
personalidad, del carácter y dicho de otra manera, la definición y orientación de
sus principios y buenas costumbres, va a depender de manera directa del modo
que sean orientados en el hogar. Este podría ser el punto de partida para que
el hombre contemporáneo pueda conjugar el éxito en su vida familiar e intelectual,
con ser un buen hijo, un buen padre, un buen esposo, y un buen amigo o ¿por qué
no? Un buen ciudadano que se rija por los principios positivos y las buenas
costumbres.
De acuerdo a que cada familia tiene un modo de vida
determinado por su condición económica, sus actividades sociales, las
relaciones sociales de sus miembros, el nivel de educación de los miembros, la
cantidad de integrantes que tenga, las relaciones intrafamiliares, etc. Podemos
decir que estos factores influyen en la formación de los individuos dentro del
hogar.
Pero, para lograr que la formación que inicia desde
el hogar sea efectiva y surta los efectos positivos deseados en los individuos
es necesario tener en cuenta que lo que se conocía como la familia tradicional
se transformó, en la familia moderna, debido a la influencia del entorno
social, cultural y tecnológico. Hay que tener muy claro este cambio que ha
sufrido la familia para poder lograr la formación de individuos basada en
valores positivos y a la vanguardia con los cambios de la época.
En fin, la influencia de la formación familiar en
el hombre del siglo XXI, está expuesta a muchos cambios, tanto positivos como
negativos, que afectan de manera directa la correcta formación y orientación
basada en conciencia, en buenos principios, valores y buenas costumbres, Cada
miembro de la familia de manera consiente debe tener el compromiso y la
responsabilidad de tomar en cuenta cada uno de estos factores al momento de
influir en la formación de los nuevos descendientes, quienes se constituirán a
su vez en los nuevos actores de nuestra sociedad.
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