Por: Pastor H. Reyes
San Cristobal, R. D.-
Hoy nuestra sociedad muestra altos niveles de violencia en el comportamiento de
los ciudadanos de ambos sexos y de diferentes edades, así como de distintos
extractos sociales, siendo más frecuentes esa violencia en los sectores de
escasos recursos económicos y en jóvenes que oscilan entre los diecisiete y los
treinta y cinco años de edad, impactando de manera negativa a la familia
dominicana.
Según
estudios recientes, son múltiples los factores que inciden para que se
manifiesten las conductas violentas en la sociedad, entre esos factores están:
el incremento del uso de drogas narcóticas en los ciudadanos, por el aumento
del micrográfico en los barrios de todo el país; la falta de oportunidades en
el ámbito laboral en nuestros jóvenes, por la baja disposición de empleos,
entre otros. El deterioro de las familias, suele producirse también, por la
combinación de algunos de los factores que se indican como generadores de
violencia, lo que está afectando sensiblemente a nuestra
sociedad, ya que se están formando individuos menos tolerantes, menos
equilibrados emocionalmente y más propensos a delinquir, por la carencia de
valores morales en los mismos, como resultado de estos jóvenes crecer o
formarse en hogares disfuncionales, hogares mono parentales o por no crecer
bajo el cuido y protección de familias emocionalmente estables.
La
familia, como institución básica de la sociedad, requiere ser atendida con
prontitud desde el Estado. Es urgente que se generen políticas mucho más
efectivas para el fortalecimiento de la familia, de tal forma, que podamos
detener la hemorragia que en estos momentos nos desangra como sociedad, la que
nos está produciendo sensibles perdidas de miembros de nuestras familias, a lo
largo y ancho de todo el país, así como la secuela que nos deja, a causa de los
hogares que se deshacen cada día por culpa de la violencia intrafamiliar.
Promover
la unidad familiar, incentivar la creación de empleos para elevar los niveles
de oportunidades para nuestros jóvenes, así como la promoción de una cultura de
paz entre los ciudadanos, son parte de las iniciativas que debemos, como
sociedad, asumir de manera constante, para propiciar el fortalecimiento de
nuestras familias.
Estamos
convencidos, que si se asumen iniciativas para trabajar la orientación familiar;
si propiciamos mayor nivel de FORTALEZA en la familia, focalizando los sectores
más vulnerables, estaremos bajando de manera considerable la violencia que
viene afectando nuestra sociedad.
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