Por: Katherine Mercedes y Josefina
E. Hiraldo
La familia ha tenido un rol
importante en la humanidad es, sin duda la base fundamental para crear una
sociedad digna, respetuosa y socialmente estable.
La tarea primordial de los padres es
brindar afecto a sus hijos y es necesario que los hijos crezcan en un ambiente amoroso,
donde hayan reglas y límites establecidos, esto ayudará a que ellos puedan desarrollar su propia
identidad y formar su personalidad.
Según el padre Fernando Castro, la
familia realiza su misión principalmente en cuatro áreas: a) formando una
comunidad de persona; b) estando al servicio de la vida; c) participando en el
desarrollo de sociedad; d) participando en la vida y la misión de la iglesia.
De acuerdo con lo antes mencionado
la familia forma personas para que puedan ofrecer sus capacidades y
potencialidades para el bien común de
todos, también que sean entes con pensamiento lógico, crítico y fomenten la fe
cristiana.
La familia es el centro de todo, alrededor giran
diferentes instituciones por así decirlo que dependen totalmente de ella y un
ejemplo de esto es la escuela. Si el
entorno familiar funciona de manera adecuada, entonces las demás también lo
harán, pero si ocurre lo contrario todo podría derrumbarse en un segundo. Formar
una familia no es un juego hay que tomar las cosas con mucha seriedad, porque
de ahí van a surgir individuos con valores, que formarán más adelante sus
propios tipos de familia.
La
principal misión de la familia, es contribuir a la formación personal de sus
miembros, comenzando por los propios esposos, hasta extenderlo a los hijos. Es
la verdadera escuela del ser humano, donde se adquieren los valores que han de
regir la vida de cada uno de ellos. En el hogar se adquieren los elementos
indispensables para formar el carácter, la valía, y el sentido de la
responsabilidad.
La
familia se constituye en forjadora de valores y virtudes, de éxitos o fracasos,
de grandes enseñanzas o amargos sinsabores, que influyen para bien o para mal.
Es en el hogar que se pueden suscitar cambios sociales contribuyentes a la paz
o a la violencia. Cada uno de nosotros es el resultado de lo que vivimos en
nuestra propia familia. ´´Lo que el hombre sembrare, eso también segará.´´
(Gálatas 6:7).
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