jueves, 27 de julio de 2017

Familias descontroladas

Por:
Claudia Pena Metz
Melvin Cristina López


Este tipo familia se caracteriza porque uno de los miembros muestra señales de que quiere   tener el control. Aquí no existe la comunicación efectiva, las reglas están confusas y los limites también.
El querer tener control en este hogar podría ser por varios factores como son: la organización jerárquica de la familia, ya que no se sabe quién es el hombre o la mujer, deficiencias en las funciones ejecutivas de los padres cuando ambos padres no cumplen con rol de género o por la proximidad entre miembros de la familia, en donde uno de los padres se alianza con uno de los hijos   para atacar a otro miembro de la familia.
Esta familia generalmente está compuesta por papa, mama y los hijos. En este sistema sin deparo los cónyuges se descalifican uno al otro.  La formación integral de los  hijos es deficiente, debido al ambiente en que se desarrollan.
El tipo de dificultades de control varía según la etapa de desarrollo de los miembros de la familia, por ejemplo, los niños pequeños no admiten que le pongan límites, eso es algo extraño para ellos;  para los adolescentes es mucho peor ya que por naturalidad estos suelen tener una revolución en su cabeza ya que como sabemos esta es la etapa donde estos están en busca de su identidad.
Los niños son violentados, el sistema no puede controlar las respuestas destructivas de los padres hacia los hijos. Los progenitores, en esta situación, carecen de un contexto donde pudieran desenvolverse completamente. La familia se convierte en el único campo en que el progenitor puede desplegar poder y capacidad y esta regresión excesiva aflora como agresión. En el caso de los hijos adolescentes a los padres les cuesta entender que deben hacer arreglos para tratar un adolescente y ser un padre respetuoso y no un controlador.  Se da el caso también cuando en esta familia tiene un miembro delincuente el control de los progenitores depende de su presencia.
 Según  (Minuchin, 1987)  cuando el tirano de veinticinco kilos aterroriza a una familia entera, se debe suponer que tiene un cómplice. Es preciso que esté subido sobre los hombros de uno de los adultos. Con certeza se puede suponer que los cónyuges se descalifican uno al otro. Lo que confiere al tirano triangulado una posición de poder aterrorizante para él y la familia.
 Muchas de las familias dominicanas encajan en este sistema de crianza y ver cómo nos afecta cada día es penoso sobre todo para el desarrollo integral de ser humano.





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